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jueves, 21 de noviembre de 2024
LA REDUCCIÓN DE LOS SALARIOS EN ESPAÑA - 29 junio 2017
Agustín Yanel Agustín Yanel

El salario bruto anual más frecuente en España es de unos 16.500 euros al año como media, lo que representa un sueldo neto de unos mil euros mensuales. Esto no lo dice la oposición para criticar al PP, no: son datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE), que demuestran que los salarios siguen siendo en su gran mayoría muy bajos, de los más bajos de Europa. Pese a ello, la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, su equipo y el Gobierno siguen presumiendo de la creación de empleo.

Hace ocho años, cuando comenzó la crisis económica, los mileuristas eran unos trabajadores precarios y mal pagados, que tenían que hacer casi milagros para llegar a fin de mes. Nadie quería ser mileurista. Hoy -gracias a la reforma del mercado laboral que inició José Luis Rodríguez Zapatero en 2010 y que endureció Mariano Rajoy en 2012-, los mileuristas son decenas de miles de personas que no llegan a final de mes ni siquiera con milagros. Y muchos miles de personas estarían encantadas de encontrar un trabajo y ser mileuristas.


Salarios de miseria en la hostelería

En el sector de la hostelería, uno de los más importantes para la economía de España -este año se espera alcanzar la cifra récord de 80 millones de visitantes-, el sueldo medio es de 13.977 euros al año. Es decir, que el personal que atiende al turismo con una demostrada profesionalidad tiene que confiar en las propinas para incrementar algo su salario de miseria.

No ocurre únicamente en el sector de la hostelería. En el mundo del periodismo, por citar solo otro caso, a los más de 12.000 despedidos que ha habido en los últimos ocho años hay que añadir la reducción generalizada de salarios, la utilización de estudiantes en prácticas como si fueran trabajadores de plantilla pero sin sueldo, las jornadas interminables sin cobrar horas extraordinarias, los salarios de poco más de mil euros -o incluso inferiores- para licenciados universitarios con varios años de experiencia… Y la misma situación se padece en otras muchas áreas.

A esos datos hay que sumar el millón y medio de personas que trabajan solo unas horas al día, porque son contratadas por horas gracias a que lo permite la citada reforma laboral de Rajoy. El Banco de España, que no es sospechoso de ir contra el Gobierno, acaba de decir que este tipo de subempleo no está transformándose en contratos a jornada completa, como preveía el Gobierno, sino que se están convirtiendo en puestos de trabajo estructurales: el trabajador querría estar contratado más horas, pero las empresas le mantiene así porque la ley se lo permite y sale más barato. Además, en muchos casos deben trabajar más horas de las que tienen en el contrato pero sin cobrarlas, si quieren mantener el empleo.

En los primeros días de junio se conocerán los datos oficiales de parados que están inscritos en las oficinas de empleo y se repetirá la misma escena de cada mes: probablemente se reducirá ese número, lo que siempre es positivo, y aumentarán las personas inscritas en la Seguridad Social; la ministra Báñez y su equipo justificarán los datos que sean negativos, interpretándolos como mejor les convenga, y volverán a presumir del empleo que están creando… Pero no destacarán que menos del 10 por ciento del empleo nuevo es temporal (en muchos casos es de pocas horas al día o de pocos días a la semana, pero eso también cuenta para reducir la cifra de parados) ni hablarán de que su reforma del mercado laboral permite que los mileuristas hayan pasado de ser los trabajadores más precarios a los más habituales.

Las mujeres cobran un 23 por ciento menos

Y, por si eso fuera poco, no hay que olvidar que el salario de las mujeres, por increíble que parezca, todavía es un 23 por ciento inferior al de los hombres en las mismas condiciones, aunque se haya avanzado algo hacia su equiparación. También son datos oficiales del INE.

Es positivo que cada mes se reduzca el número de parados inscritos en las oficinas del Servicio Público de Empleo (SEPE), que aumenten los afiliados a la Seguridad Social, que el Producto Interior Bruto (PIB) esté creciendo en España más que la media de los países de la Unión Europea… Es positivo y hay que decirlo, pero no hay razones para presumir. La desigualdad ha aumentado, la pobreza también y los salarios han bajado. No hay motivos para tirar cohetes, sino para buscar la manera de que la mejora llegue a todos los bolsillos, no solo a los que están más llenos como ocurre habitualmente.

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