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10/03/2016junio 7th, 2017
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«Hay que mirar dentro del partido y se lo digo a todo el PP, que los problemas del Partido Popular están dentro del Partido Popular, no podemos decir que el PSOE nos ha comido la partida, que Podemos viene apretando, que Ciudadanos nos ha quitado la mayoría en CLM… Porque la hemos perdido nosotros, la imagen del PP en Castilla-La Mancha, en Toledo y en muchos sitios la hemos perdido nosotros, porque con el mayor poder político que ha tenido el PP en la última legislatura, si la hemos perdido es porque algo hemos hecho mal, ha sido fallo nuestro, porque podíamos haber perdido un poquito por las circunstancias de la crisis, de los problemas… Pero hemos perdido mucho… «.

“Los problemas del PP están dentro del PP”. No se puede decir más con menos palabras. Se puede decir más alto, pero no más claro. La frase, publicada hoy en nuestra entrevista, es de Jesús Hijosa, el alcalde de Villaseca, un modesto municipio de la Sagra toledana, pero conecta y coincide plenamente con el pensamiento de una gran parte de los alcaldes y concejales del Partido Popular. Los políticos a pie de obra del PP en Castilla-La Mancha y muy especialmente en la provincia de Toledo piensan como él y así se va exponiendo en las reuniones internas comarca tras comarca. Hijosa logró el aplauso unánime de sus compañeros de partido convocados por Arturo García-Tizón cuando pidió la renovación absoluta y sin tardanza de los responsables de la formación, a los que culpó del alejamiento de la sociedad y de la sangría de votos que ha dado al traste, en tan solo cuatro años, con el poder absoluto que el PP logró en la región y prácticamente en todas las provincias en 2011.


Hijosa no fue tan explícito en la entrevista mantenida con encastillalamancha.es y optó por una análisis menos hóstil, aunque muy claro de la situación, pero diversas fuentes me han contado que su intervención en la reunión celebrada en la Sagra hace varias semanas corrió como la mecha por todo el PP. Casi lo sacan por la puerta grande sus compañeros de filas y de zona. «Me han dicho que lo de la Sagra fue de traca», se contaban unos a otros de “guasap” en “guasap”. La experiencia se ha repetido por todas las zonas, la última Quismondo, donde el malestar del partido con sus dirigentes ha vuelto a quedar meridianamente claro.

Durante 28 años el PP fue oposición en Castilla-La Mancha. Algunos alcaldes lograron romper el maleficio de la hegemonía socialista ganando una y otra vez, manteniendo servicios en sus pueblos al margen de las ayudas que la Junta prestaba a otros proclives políticamente y, además, con las arcas saneadas. Ellos mantuvieron la cordura, la moral y la fe del partido cuando José Bono golpeaba una y otra vez con mayorías absolutas cada vez más abultadas. En María Dolores de Cospedal encontraron la esperanza que habían buscado, apostaron por ella sin cortapisas, se mordieron los dientes cuando llegada a la Junta la presidenta les dijo que no podría hacer nada por ellos porque la quiebra era la palabra que mejor definía lo que se habían encontrado y les pidió apoyo una vez más. Y paciencia. Y disciplina. Y silencio. Y… Ellos se lo dieron, la aplaudían una y otra vez en los Comités Ejecutivos y callaban los desmanes y desplantes de algunos de los consejeros, de los directores generales y asesores altivos. Callaban disciplinadamente aún a sabiendas de que aquello no iba bien y la calle lo empezaba a comentar apenas avanzaba la legislatura.

Ellos lo sabían bien y lo oían con claridad porque las puertas de sus Alcaldías permanecían abiertas mientras las de los despachos de la Junta y de las algunas diputaciones se cerraban cada vez más. Aguantaron el chaparrón callados y leales, esperando que escampara, confiando en que la palabra de la presidenta -«habrá mayoría absoluta»- estuvieran más fundamentadas que sus percepciones, se mordieron la lengua cuando vieron cómo sus diputados provinciales contrataban por cientos a los vecinos de su pueblo mientras a ellos se les negaban austeros plantes de empleo… Pero ahora, ahora ya no pueden más y lo cuentan cada vez que se les pregunta.

¿Alguien les escucha ahí arriba? En unos meses lo sabremos.

«…Y se dejan llevar por un grupo de personas que les están diciendo a diario lo que quieren escuchar y a lo mejor no escuchan a mucha gente que es la que realmente les dice lo que pasa. Si nosotros escuchábamos a la gente que rodeaba a los consejeros, a los delegados, a la cúpula del PP decía que esto se gana y los que estamos en la calle a diario y vas con unos y con otros escuchábamos el malestar con muchas cosas. Sabíamos lo que podía pasar y muchos no lo querían ver y luego llegó».

Ahí estuvo el mal, en palabras de Hijosa, afirmaciones que desde hace tiempo se escuchaban a mucha gente del PP pero que arriba no querían oír. La historia siempre se repite. Otros se equivocaron de la misma manera antes Y otros caerán en los mismos errores antes o después.

Esta semana Jesús Hijosa, con anterioridad Pedro Casas, otro emblema entre los alcaldes “populares” toledanos, han empezado a llamar la atención públicamente sobre la necesidad de actuar y renovar.

Los alcaldes y concejales del PP se han vuelto a sentir solos, alejados de sus dirigentes, decepcionados por ellos cuando no abiertamente enfadados por haber tirado por la borda una oportunidad como la de 2011, mientras ellos siguen ahí al pie del cañón, atendiendo a la gente. Temen que el PSOE de Emiliano García-Page, cuya reelección ya dan por segura muchos de ellos, vuelva a apuntalar otra larga etapa de dominio socialista en la región y en las provincias. Y están dispuestos a hablar.

¿Alguien les escucha?

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