Cinco años después de que comenzaran las investigaciones judiciales sobre la fortuna de la familia de Jordi Pujol en el extranjero, el hijo mayor de quien fue durante 23 años el «molt honorable» presidente de Cataluña ha ingresado en prisión, acusado de evadir 30 millones de euros, blanqueo de dinero y otros delitos. Su padre, su madre y sus seis hermanos también están imputados en varios juzgados.
Si no fuera porque se trata de un asunto muy grave, se podría hacer el chiste fácil de decir que el clan de los Pujol han hecho suyo, pero modificándolo, el lema religioso que lanzó en 1958 el presbítero irlandés Patrick Peyton para fomentar el rezo del rosario: «La familia que reza unida, permanece unida». Ellos han debido pensar que es más rentable el lema «la familia que evade unida, permanece unida». Digamos que presuntamente evade, siempre presuntamente mientras no exista una sentencia condenatoria, aunque los indicios que figuran en las investigaciones son abrumadores.
Sacar la fortuna al extranjero
En juez de la Audiencia Nacional José de la Mata considera que Jordi Pujol Ferrusola, el mayor de los siete hermanos, después de iniciada la investigación judicial y aprovechando que no se había acordado ninguna medida cautelar contra él, ha sacado de España gran parte del patrimonio familiar sin comunicarlo a la Hacienda Pública, para ponerlo fuera del alcance de la Justicia y que esté a buen recaudo en previsión de que finalmente pudiera ser condenado.
Coincidiendo con la noticia de ese encarcelamiento se ha sabido por El Mundo que en el año 2014 el que era alcalde de Leganés (Madrid), Jesús Gómez, comunicó a la dirección nacional del PP y a Esperanza Aguirre que el entonces presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, habría cobrado comisiones en una cuenta que tenía en un banco de Suiza. Aguirre le dijo que él «veía fantasmas» y, en vez de abrir una investigación para esclarecerlo, lo que hizo fue no nombrarle candidato a la Alcaldía en las siguientes elecciones municipales.
Escándalo tras escándalo
Después del escándalo social que supuso hace años el caso de los ERE falsos en Andalucía, que afecta a excargos del PSOE en la Junta de Andalucía y aún se está investigando, la ciudadanía conoce cada día, entre la sorpresa y la indignación, un nuevo caso de corrupción o una nueva revelación en alguno de los que están en marcha en los juzgados.
Con ese panorama como telón de fondo, el socialista Pedro Sánchez, que aspira a recuperar la Secretaría General del PSOE, dice que Rajoy tiene que dimitir porque su partido «está podrido de corrupción». Y el líder de Podemos, Pablo Iglesias, anuncia una moción de censura contra Rajoy, para hacer caer al Gobierno del PP, más por razones propagandísticas que por posibilidades reales de que pueda prosperar.
El presidente del Gobierno ha dicho en Uruguay, durante su visita oficial a varios países, que es «ahora», durante su Gobierno, cuando se está actuando contra la corrupción y cuando la Justicia está actuando «con total y absoluta independencia». ¡Lo que hay que escuchar!