«Voy a ser absolutamente neutral», ha dicho y repetido públicamente el secretario general del PSOE de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, cuando le han preguntado a quién apoya de entre los tres candidatos lanzados a la Secretaría General del PSOE: Eduardo Madina, Pedro Sánchez y José Antonio Pérez Tapias. Su número dos en el partido y secretario de Organización, Jesús Fernández Vaquero, también aseguró recientemente que las ejecutivas regional y provinciales no se van a inmiscuir en el proceso.
Así que no conoceremos públicamente el candidato favorito del líder regional del PSOE al menos hasta pasado el congreso de julio, si es que lo quiere decir. A no ser que cambie de idea y lo cuenta antes. Pero no hace falta rascar mucho para saber por dónde van los tiros de su predilecto.
Sin duda, la palma se la llevaba Susana Díaz, con quien, como contamos en el último artículo de esta sección, estuvo reunido en Sevilla unos días antes de que la presidenta andaluza dijera que no era el momento de abandonar el dulce hogar. Page dejó atrás el Guadalquivir convencido de que tenían secretaria general y prácticamente candidata a presidenta del Gobierno y que ésta era la mejor posible, con muchas garantías de futuro y en una línea del socialismo con la que él se siente muy cómodo.
Pero los andaluces pudieron más y las presiones de dentro ganaron ante el temor de que una marcha temprana de Andalucía desmoronase lo conseguido hasta ahora y el PSOE acabara perdiendo su más importante y casi único bastión.
Con Susana Díaz fuera de la pelea y reducido todo a la terna Madina, Sánchez y Pérez Tapias, es evidente que las preferencias personales de Page están con Madina, a quien la periodista de El País Anabel Díez concedía, en una crónica publicada el sábado 14 de junio, una ligera ventaja entre los militantes de CLM. Madina tiene también entre sus más directos colaboradores a José Manuel Caballero, el secretario general del PSOE de Ciudad Real; o a la toledana Esther Padilla, la más activa combatiente del PSOE de Toledo en pro del vasco.
A Pedro Sánchez, Anabel Díez le daba una ligera ventaja en Andalucía, el gran granero de votos. El diputado madrileño también tiene trabajando en la primera línea de su equipo a gente de la cantera castellano-manchega, concretamente en el área de Estrategia y Comunicación, con Javier Ruedas y José Luis Fernández, por todos conocido como «Chunda», el más longevo director general de Comunicación de la Junta.
Ambos trabajaron de cerca, junto a Page, en las campañas del hombre que más elecciones ha ganado en España, José Bono. Y está claro que el que tuvo, retuvo.
En mi opinión, al menos en la presentación, ganaron claramente los de Pedro Sánchez a los de Eduardo Madina. Y me explico.
El diputado vasco apareció cariacontecido y como triste el día que anunciaba su candidatura a la Secretaría General del PSOE, el reto de su vida política y una decisión que se supone hay que comunicar cargado de entusiasmo. Prometer un «shock de modernidad» en el Senado, considerado el cementerio de elefantes de la política española, no parece el lugar idóneo. Y la palabra shock para referirse al PSOE del año 2014 es como mentar la soga en casa del ahorcado. Creo que Madina se equivocó en la actitud, el escenario y el mensaje.
Su a priori principal rival, Pedro Sánchez, lucía una sonrisa de oreja a oreja y transmitía entusiasmo cuando comunicaba su decisión de optar a la Secretaría General de su partido. Su mensaje, «con cabeza y corazón», a mí me parece la mezcla que todo militante espera escuchar. Y el lugar, la agrupación de Alcorcón, uno de los enclaves del cinturón rojo de Madrid, es más adecuado que el Senado.
Pérez Tapias parte como el tercero en discordia. Y en su presentación no defraudó a quienes están en su mismo pensamiento dentro del PSOE. Apareció, habló y se comportó como se espera de un integrante de Izquierda Socialista, una corriente que en Albacete tiene muchos seguidores y donde probablemente obtenga los mejores resultados en CLM. Y también cuenta con una destacada castellano-manchega en su equipo, Beatriz Talegón.
Todavía queda mucho para sacar conclusiones definitivas, pero éstas son las que yo extraigo del primer lance del juego.