¿Están tal mal preparados los estudiantes españoles y son tan torpes como los retrata el Informe Pisa? Es probable que no tanto como se afirma en ese estudio -porque muchos especialistas ponen serios reparos al método que se utiliza para confeccionarlo y, como consecuencia, también a sus conclusiones-, aunque también es cierto que se encuentran en una situación que es obligado mejorar. Pero el PP y el PSOE utilizan estos informes a su favor, según les convenga en cada momento dependiendo de que estén en el Gobierno o en la oposición.
Nadie puede negar que el sistema educativo español está aquejado de problemas muy serios. Demasiado fracaso escolar, demasiados novillos, demasiada enseñanza memorística… Pero eso no se va a resolver siguiendo a rajatabla las recomendaciones de estos informes, realizados cada tres años por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Sus recomendaciones conviene analizarlas y tenerlas en cuenta, pero en sus justos términos. Ni más, ni menos.
MAL EN MATEMÁTICAS, CIENCIAS Y LECTURA
En diciembre pasado, los responsables del Informe Pisa dijeron que los estudiantes españoles están peor preparados en matemáticas, ciencias y lectura que la media de los de la OCDE (34 países de Europa y de otros continentes). Ahora nos dicen que, además, nuestros alumnos de 15 años son más torpes que sus colegas europeos a la hora de enfrentarse a tareas de la vida diaria como poner en marcha una aspiradora, el termostato del aire acondicionado o un dispositivo de Mp3 para escuchar música; utilizar un mapa del metro en una ciudad que no conocen o prever qué movimientos va a realizar un robot de limpieza, entre otras. Habrá quien se lo tome a broma y otras personas opinarán que es una prueba de que a los alumnos nos se les prepara bien para desenvolverse en su vida.
La polémica Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce), que el ministro José Ignacio Wert ha sacado adelante con los únicos votos del PP y con la oposición de casi todas las organizaciones del mundo educativo de distintas ideologías -que llegaron a convocar por primera vez una huelga general de todos los niveles de la enseñanza-, no va a resolver el problema.
Únicamente los profesores con su trabajo tampoco, porque en España reciben menos apoyo del Gobierno que en otros países de la Unión Europea: han visto reducido su número en unos 34.000, se han eliminado cursos para alumnos que necesitan una atención individualizada además de las clases ordinarias y se han recortado otras ayudas. Algo influirá todo eso en la formación de los alumnos.
MEJORAR ENTRE TODOS
Hay coincidencia generalizada en que para mejorar la educación se necesita de un cambio del modelo educativo y la implicación del profesorado y de la familia. Pero nadie pone en marcha las medidas necesarias para conseguirlo.
La solución sería alcanzar un Pacto de Estado por la Educación, en el que se implicaran PP, PSOE y la gran mayoría de los partidos. Pero por unos o por otros, más por los primeros -los partidos grandes- que por los segundos, el problema persiste y al cambiar las leyes sin consenso sólo ponen parches.
UN PACTO DE ESTADO FRUSTRADO
En 2010, cuando era ministro de Educación el profesor Ángel Gabilondo en el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, estuvieron a punto de alcanzar el tan ansiado pacto. Pero el PP cambió de idea a última hora y se descolgó del posible pacto, con el argumento de que el PSOE no tenía en cuenta sus propuestas para cambiar de verdad el modelo educativo.
Ahora podrían intentarlo de nuevo, pero después de haber puesto en marcha la Lomce contra viento y marea parece bastante difícil cualquier tipo de pacto. Y ocurrirá lo de siempre: si el PSOE vuelve a gobernar, anulará esta ley como ha prometido y aprobará la suya, como hizo en otras ocasiones; y si en años venideros vuelve a La Moncloa el PP, repetirá exactamente esa misma actuación. Un dato: la norma que ha puesto en marcha el ministro Wert ha sido la séptima ley de educación de la todavía joven democracia española. Tantos cambios en una materia tan importante no son buenos ni para los alumnos ni para los profesores ni para el país.
Y EN CASTILLA-LA MANCHA…
El Gobierno regional puede interpretar los datos del desempleo de marzo como mejor le convenga: compararlos con todo el año y no con el mes de febrero, decir que en años anteriores el paro creció más, que esta vez no se incluye el efecto de la Semana Santa porque aún no ha llegado… Puede decir lo que quiera, pero los datos son los datos, y no son buenos.
Es positivo que haya habido 133 personas menos registradas en las oficinas del Servicio Público de Empleo que en febrero, aunque es un número muy reducido. Y es negativo que en ese mes haya habido 24 afiliados menos a la Seguridad Social -la única comunidad de España donde ha descendido-, aunque también es casi insignificante. Lo realmente importante y grave es que hay 260.023 castellanomanchegos esperando que les llamen para trabajar, lo que requiere la colaboración del Gobierno y la oposición para poner en marcha planes de empleo.