Al portavoz del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso y consejero de Educación, Enrique Ossorio, no le ha gustado un informe de Cáritas y la Fundación FOESSA en el que se indica que, tras dos años de pandemia, ha aumentado notablemente el número de personas que viven en riesgo de exclusión social en la capital y su región. A ella tampoco le han gustado esos datos y, ante las críticas de la oposición, ha defendido a su consejero con su argumento de siempre: la pobreza es fruto de la mala gestión del Gobierno de Pedro Sánchez y la izquierda.
El Informe sobre exclusión y desarrollo social en la Comunidad de Madrid, de la Fundación FOESSA (Fomento de Estudios Sociales y de la Sociología Aplicada), lo ha realizado un equipo de 30 investigadores de 10 universidades y otro de encuestadores profesionales que han llamado a 7.000 hogares en Madrid. Todos los estudios de esta Fundación tienen un reconocido prestigio por su seriedad, pero el portavoz del Gobierno madrileño ha puesto en duda los datos que refleja éste sobre la exclusión social en Madrid. Parece que no le vienen bien al Gobierno de Díaz Ayuso.
Un millón y medio de personas viven en situación de exclusión social
Según este informe, en la Comunidad de Madrid hay un millón y medio de personas que viven en una situación de exclusión social (el 22% de los 6,7 millones de habitantes). Son 370.000 más que antes de la pandemia y, del total, 800.000 se encuentran en exclusión social severa. También indica que ha aumentado la desigualdad durante la COVID-19, porque las personas más desfavorecidas han visto reducidas sus rentas un 22% mientras que en las más pudientes se han incrementado un 18%.
El consejero Enrique Ossorio ha dicho que ese informe es un error y ha cuestionó esos datos porque, según ha declarado ante los periodistas, si alguien «sale a la calle y ve que existe pobreza y que, insisto, que tenemos que luchar contra ella, pero ve que le dicen ‘en Madrid hay tres millones de pobres’ y dices ¿pues por dónde están?». Hay que aclarar que el informe de Cáritas cita un millón y medio de personas, no tres millones.
Mientras se preguntaba ¿por dónde están?, Ossorio miraba al suelo como buscando a los pobres. Añadió que esos informes «tienen que ser más objetivos» porque la gente ve que «Madrid es una región rica, que crece más rápido que España». Esas frases y el gesto de simular que buscaba pobres le han acarreado innumerables críticas de la oposición y en las redes sociales. En muchos mensajes por las redes sociales le han recordado que él cobra más de 107.000 euros al año y tiene 1,4 millones de euros en fondos de inversión; le han mostrado fotografías de pasadizos de Madrid con indigentes durmiendo entre cartones; le han recomendado que deje el coche oficial y visite los barrios madrileños para ver dónde están y cómo viven las personas pobres…
Incluso la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, de Ciudadanos y social del PP en el Gobierno del Ayuntamiento, ha dicho que «la pobreza existe, y darle la espalda no es buena idea». Ella supone que esas palabras de Ossorio se deben a que los políticos a veces «no son infalibles a la hora de expresarse».
Ayuso: «Ustedes no saben más que gestionar la pobreza y vivir de ella»
Por el contrario, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha rechazado las críticas de la oposición a Enrique Ossorio y, dirigiéndose a Más Madrid, PSOE y Unidas Podemos en la Asamblea de Madrid, les ha dicho: «Nosotros nos hemos echado a la espalda la gestión de la pandemia de seis olas, Filomena, los momentos más difíciles que se recuerdan en la Comunidad de Madrid, y ustedes no saben hacer absolutamente nada, no saben hacer nada más que gestionar la pobreza y vivir de ella».
Hay políticos tan alejados de la realidad diaria de la ciudadanía que niegan la existencia de un problema cuando no les conviene que éste exista. Con esa actitud demuestran su torpeza y, sobre todo, que les preocupa más permanecer en su cargo que ocuparse de lo que debe ser su objetivo: mejorar la vida de la gente. Cuando solo salen de su despacho para comparecer en ruedas de prensa o para viajar en el coche oficial a un acto institucional o una inauguración, se aíslan de la sociedad y no aceptan que la realidad sea distinta a la que viven en su burbuja.