«Me han ofrecido dinero por no publicar, pero no tengo precio».
«En las últimas elecciones generales (estas declaraciones son de mayo de 2005) voté a Mariano Rajoy. No creo que sea un secreto de Estado, pero si no me lo preguntan tampoco lo voy pregonando. En las elecciones autonómicas y municipales voté a un candidato del PP y a otro del PSOE…».
«Es más extensa la nómina de los que eran mis amigos que la de los que a los mejor se sienten en esa condición».
«¿Dejar el periodismo? No. Es una manera de vivir y yo no sabría vivir de otra manera».
Las que acaban de leer son respuestas que forman parte de la Entrevista Irreverente que le hice en ECOS (la revista que antecedió a encastillalamancha.es) a Pedro J. Ramírez. En mayo de 2005, apenas una semana después de que fuera el invitado de excepción de una conferencia que ofreció en Toledo para conmemorar los 10 años de una revista que si destacó por algo fue porque llevó a gala hasta el final aquello tan cacareado pero generalmente no demasiado cumplido de la independencia y la libertad de los medios de comunicación. A distinguir entre información (los hechos son los que son, lo diga Pepe o Juan) y opinión (que serán criticables, pero libres).
Entrevista Irreverente que hicimos en Madrid, en el que ya no es su despacho en El Mundo y sin poner una sola pega, y que volveremos a recordar el martes 4 de febrero ya que la publicaremos íntegra. Y que cuando la lean les va a parecer que el tiempo se detuvo y… Seguimos en las mismas.
Fíjense lo que decía entonces del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, quien en 2005 ni se lo imaginaba: «Un hombre muy bien dotado para ser presidente del Gobierno pero al que le va a costar mucho el papel de candidato».
No se engañen, los políticos dejan de ser amables para los periodistas cuando escribes algo de ellos que no es que no les guste, es que ni siquiera les cuadra. Con alguna excepción, pero más bien pocas. Pero tampoco piensen que los periodistas somos el paradigma de la decencia, porque hay muchos que ya han tomado como algo habitual dejarse manejar o autocensurarse para que no se cabreen los que les dan de comer. Periodistas que se convierten en comerciales y comerciales que se creen y ejercen de periodistas por encima del bien y del mal. Es lo que hay, pero no por ello vamos a dejar de luchar.
«Me muero por una buena historia, pero no tropiezo (dos o más veces con la misma piedra) porque me preocupo de no publicar nada de lo que no esté seguro que es verdad».
Admirado y odiado a partes iguales, la descarada destitución de Pedro J. Ramírez marca un antes y un después. Bueno, el poco después que aún nos queda.
Ni con unos ni con otros, ni conmigo ni sin ti.
El periodismo no cuadra con la política, la política nos descuadra.
cesardelrio@encastillalamancha.es