«Juan Pedro improvisa demasiado, y tú, José María, no siempre das en el clavo a la hora de elegir a tus colaboradores».
Juan Pedro es Moltó y José María es Barreda. O dicho en palabras del autor de las primeras, el expresidente castellanomanchego, exministro de Defensa y expresidente del Congreso, todo por ese orden, José Bono, «Barreda y Juan Pedro, una pugna que viene de lejos».
Eso sí, la escena se sitúa en diciembre de 1992 y estamos en el capítulo que en la primera parte de sus diarios, «Les voy a contar», Bono ha titulado: «Olimpiadas, Expo de Sevilla y… ¡Juan Guerra!». Ozú, mi arma.
Ese día, justo 10 antes de la Nochebuena, Bono cumplía 42 años y la jornada no comenzó nada bien, porque… «Me disgusto con José María Barreda porque critica que la reunión del viernes día 4 se malograse por tu intervención, porque la gente no dice lo que piensa delante de ti. Juan Pedro H. Moltó le apoya».
La frase en cursiva es de Barreda.
Por cierto, la presentación del libro en Toledo es el martes 16, a las siete de la tarde y en el Palacio de Benacazón, que se quedará pequeño, ya se lo aviso por si quieren ir con un poquito de antelación.
«NO QUIERO CHISMES CONTADOS POR PERSONAS QUE NO CONOZCO»
Les cuento esto porque dos años después, en 1994, justo en el capítulo que se titula: «El jefe de los guardias se lleva el dinero…», en referencia a Luis Roldán, ex director general de la Guardia Civil; Bono, el 17 de febrero, anotaba en su libreta tipo Moleskine que un exdiputado de las Cortes regionales por el Grupo Mixto, Felipe Caballero, le cuenta que el alcalde de Daimiel se queja de Barreda y el de Tomelloso de que no cuenten con él.
Y tras contar cómo le cuentan a él (a Bono) cómo se compraron una serie de emisoras de radio en la comunidad autónoma, el propio Caballero «quiere que reciba a un abogado, que es mi socio y muy amigo de Barreda, que se llama Díaz de Mera, para que te cuente un escándalo similar al de Filesa, pero relacionado con el PP y que tiene que ver con conexiones francesas y Rodrigo Rato. Le digo que no quiero chismes contados por personas que no conozco».
La frase en cursiva es de Caballero.
¡Ufff…»
Ya se lo había dicho dos años antes a Barreda: «Y tú, José María, no siempre das en el clavo a la hora de elegir a tus colaboradores».
Probablemente en 1992 Bono no conocía de nada a Díaz de Mera, pero la casualidad a veces asusta. Dos años después no quería que personas que no conocía le contaran chismes. Curiosamente, el «muy amigo» de Barreda, el mismo que años después llegó a tener un emporio de medios de comunicación en Castilla-La Mancha, fue socio del aeropuerto-plató de cine de Ciudad Real…
Un «deja vu» a la manchega.
«YA VEREMOS SI NO TE ARREPIENTES DEL APOYO INCONDICIONAL A BARREDA Y EMILIANO»
Viernes 17 de enero de 1997. La frase que acaban de leer se la dijo Moltó, entonces secretario general del PSOE de Toledo y más tarde presidente de la extinta Caja Castilla La Mancha, a Bono. Se la repito por si se les ha pasado por alto: «Ya veremos si no te arrepientes del apoyo incondicional a Barreda y Emiliano». Emiliano es García-Page, actual alcalde de Toledo y secretario general del PSOE de Castilla-La Mancha.
15 años después, Bono y Barreda… Pues eso, que como si no. Se cumplió la primera parte de la «profecía» de Moltó, con la segunda no ocurrió lo mismo.
Quizás si Bono tuviera que elegir hoy a su sucesor, y sin el quizás, la historia de Castilla-La Mancha de los últimos ocho años hubiera sido completamente distinta. O no. Nunca lo sabremos. Pero el presidente no hubiera sido el mismo.
Obvia decir por qué.
Por cierto, que de Page, en ese mismo capítulo, dice que… «El día que tomó posesión, su madre me dijo: cuídeme al chico, es muy bueno. Y en esas estoy. En el futuro y en política a Emi no le hará falta ser page de nadie porque tiene capacidades y mimbres sobrados para llegar muy lejos…».
Lo único que nos falta por saber y quizás lo que más nos interesa ahora, aunque imaginamos que lo incluirá en la tercera parte de sus diarios, es conocer qué opina Bono de la presidenta de Castilla-La Mancha, la «popular» María Dolores de Cospedal.
Que digo yo.