Que alguien haya grabado ilegalmente varias conversaciones entre el ministro del Interior en funciones, Jorge Fernández Díaz, y el responsable de la Oficina Antifraude de Cataluña, Daniel de Alfonso, mantenidas en el despacho oficial del ministro, es preocupante y muy grave. Pero mucho más grave es lo que se dice en esas conversaciones, porque de ellas se deduce que esos dos cargos públicos presuntamente intentaban buscar algún dato para poder implicar en asuntos de corrupción a dirigentes de los partidos independentistas catalanes CDC y ERC, y hacerlos llegar a la prensa para perjudicarlos.
Se trata del último escándalo, otro más, que protagoniza Jorge Fernández Díaz, un ministro que durante sus más de cuatro años de mandato ha acumulado sobrados motivos para haber dimitido o haber sido destituido, pero que se ha negado a dejar el cargo, ha contado siempre con el apoyo de Mariano Rajoy y es el número uno de la candidatura del PP por Barcelona para las elecciones generales.
Esas polémicas conversaciones, cuyo contenido ha desvelado el periódico digital Público.es, se produjeron entre el 2 y el 16 de octubre de 2014, pocas semanas antes de la consulta convocada en Cataluña en la que 1,8 millones de personas votaron a favor de independizarse de España.
UNA MANIOBRA CONTRA EL PP
Está claro que si esas conversaciones se han hecho llegar a la prensa ahora, casi dos años después de producirse y pocos días antes de las elecciones generales, ha sido con la intención de perjudicar electoralmente al PP. Pero esta sucia maniobra no quita gravedad al asunto ni convierte al ministro en víctima de una conspiración contra él y su partido, como ha dicho.
¿Por qué se reunió Fernández Díaz con el responsable de la Oficina Antifraude de Cataluña, si éste no depende de él ni del Gobierno de Mariano Rajoy sino del Parlamento catalán? ¿Por qué le dijo que iba a hablar con el fiscal general del Estado para que actuara contra el entonces consejero de Presidencia y portavoz de la Generalitat, Francesc Homs?
«Esto la Fiscalía te lo afina, hacemos una gestión», dijo el ministro a Daniel de Alfonso cuando éste le entregó un informe pero le dijo que no era suficiente para presentar una denuncia judicial. «Yo puedo hacer la gestión con el fiscal general. Decirle: ‘Mira, hay esto. Y mira a ver si esto, tal…’, ¿no? Pero, claro, me va a pedir documentos», añadió Fernández Díaz, entre otras muchas cosas, en una conversación que no tienen desperdicio.
IMPLICAR A LA FISCALÍA
Conviene recordar que, según la ley que regula el Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal, el Gobierno únicamente puede «interesar» del fiscal general del Estado que promueve acciones ante los tribunales cuando considere que en un caso hay que defender el interés público. Pero no puede ordenarle que intervenga ni mucho menos pedirle que «afine» un asunto para que tenga la solidez necesaria para poder presentar una denuncia en el juzgado.
Tampoco se entiende por qué motivo el jefe de la Oficina Antifraude de Cataluña acudió a ver al ministro para entregarle unos informes contra dirigentes de Convergència Democrática de Catalunya (CDC), si él no depende del Ministerio del Interior, del Gobierno central ni tampoco de la Generalitat.
A pesar de todo eso, al presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, le parece normal que ambos se reunieran en el despacho del ministro como «dos personas que hablan de temas de su competencia». Dice que se ha enterado de este asunto ahora, cuando se ha publicado, pero el ministro afirma en una de las conversaciones de hace casi dos años que «el presidente del Gobierno lo sabe».
EL MINISTRO NO DIMITE
El ministro en funciones ha ordenado que se investigue quién ha grabado sus conversaciones con Daniel de Alfonso, y ha hecho bien. Pero a continuación tendría que haber dimitido de su cargo -como le han pedido los partidos de la oposición- y de la candidatura al Congreso, como haría cualquier ministro de la Unión Europea que se viera en su caso.
El jefe de la Oficina Antifraude de Cataluña ha tenido que comparecer en el Parlamento catalán, que lo nombró, para dar explicaciones y va a ser destituido. El ministro Fernández Díaz no ha dado explicaciones, no va a dimitir, tampoco va a ser destituido por Rajoy y, además, encabeza la candidatura del PP por Barcelona para las elecciones generales. Los electores tienen la palabra el día 26 de junio y cada cuál sabrá lo que hace y a quién vota.