El Partido Popular de Castilla-La Mancha ya tiene un presidente electo y, por lo tanto, un sucesor para María Dolores de Cospedal, hasta ahora la única de sus dirigentes que ha logrado el gran objetivo: la Presidencia de la Junta. Paco Núñez, representante de la línea dura del PP, ha sido el ganador de la batalla de primarias, que le ha disputado Carlos Velázquez.
36 años, ya exalcalde de Almansa, viceportavoz del Grupo Popular en las Cortes, presidente provincial del PP de Albacete, cargo en el que tendrá que ser relevado, y expresidente de Nuevas Generaciones, se impuso con 29 puntos de diferencia sobre su rival. También con muchas sospechas de presiones y trato desigual en el proceso al equipo del candidato toledano, que no llegó a ver el censo de inscritos para votar ni comprobar las actas del recuento oficial en las zonas y provincias donde no coincidía con los datos de sus interventores.
Todo el mundo sabe que la batalla era desigual y que casi todos los que mandan en el PP de Castilla-La Mancha y sus provincias han trabajado sin freno para que Núñez se hiciera con el mando que abandonan, al menos formalmente, María Dolores de Cospedal y Vicente Tirado.
En el proceso que se acaba de celebrar en el PP, que no son unas primarias puras, el aparato tiene mucho margen y, sin duda, lo empleó para que todo saliera conforme se había cerrado días antes del anuncio de retirada de Cospedal. Una mesa camilla con Cospedal, Tirado y los cinco presidentes provinciales barajó las cartas y salió que el siguiente era Paco Núñez. Menos el presidente provincial de Cuenca, Benjamín Prieto, todos los demás asintieron con más o menos entusiasmo y se pusieron manos a la obra.
[ze_summary text=» Una mesa camilla con Cospedal, Tirado y los cinco presidentes provinciales barajó las cartas y salió que el siguiente era Paco Núñez»]Una mesa camilla con Cospedal, Tirado y los cinco presidentes provinciales barajó las cartas y salió que el siguiente era Paco Núñez[/ze_summary]
A Paco Núñez le han ayudado, y mucho, a ganar esta batalla. Pero el resultado de las siguientes ya dependerán de él: pacificar un PP que ha quedado partido a cuchillo en dos provincias, Toledo y Cuenca; y una malestar creciente con el aparato, porque el ordeno y mando está agotado. Que miren al PSOE, más experto en primarias, y saquen conclusiones sobre cómo acaban las «instrucciones» y las «consignas» de obligado cumplimiento.
Cronológicamente, la primera batalla para Paco Núñez vendrá con las listas, en las que ni siquiera caben todos los del aparato. Como muestra, la autonómica en Toledo, donde si se sigue la tradición, Núñez será cabeza de lista y Vicente Tirado el número 3. Con 4 diputados en el mejor de los casos, 2 mujeres y dos hombres, queda sitio para dos féminas y se acabó.
¿Y las listas en las capitales? Antonio Román y Ángel Mariscal, alcaldes de Guadalajara y Cuenca, no hicieron público su voto, pero su gente trabajó y se fotografió con Velázquez. Eso sin entrar en detalle en Toledo, donde ganó Velázquez y también se llevó los 18 compromisarios de la capital al Congreso Regional, derrotando a la lista apoyada por Jesús Labrador y Claudia Alonso, que estaban en el equipo de Núñez.
Luego vendrá la batalla autonómica, en la que el nuevo presidente de PP de CLM será el candidato de su partido a la Junta, con la doble misión de ganarla y frenar el avance de Ciudadanos.
Núñez, como es lógico, compareció exultante en la noche electoral. Con 36 años ya es el jefe de la organización en la que militan Cospedal y Tirado, uno de los vicesecretarios generales de Pablo Casado.
Ganador de una batalla desigual, pero ganador al fin y al cabo, Núñez vive los días de mieles. Ahora quedan las batallas más complicadas.