Emiliano García-Page no está dispuesto a que nada le pille desprevenido cuando se cuenten los votos en Castilla-La Mancha el 26 de mayo de 2019, fecha de las próximas elecciones autonómicas. Todo el mundo está de acuerdo en que lo ocurrido en Andalucía tiene varias causas y se debe a varios factores, unos de carácter general y otros locales.
El presidente de Castilla-La Mancha tiene claro que el factor nacional más importante que pesó contra Susana Díaz es la situación en Cataluña y el permanente desafío independentista, asuntos sobre los que el PSOE nacional, o al menos algunos de sus representantes, han sembrado la confusión dando una de cal y otra de arena con su posición sobre la relación que ha de mantenerse con los separatistas.
Fiel a su libro de estilo, Page lleva tiempo desarrollando una intensa agenda de actos públicos cada día, citas que incluyen el contacto directo con colectivos de todos los sectores de la región. Desde los económicos a los sociales, pasando por los financieros, culturales, sindicales… Desde el punto de vista ideológico, ocurre lo mismo. No se deja ninguna posición ideológica sin conocer y «tocar».
Su objetivo es doble. Por un lado, pisar el terreno sobre el que se vota y, por otro, tratar de convencer al electorado de que es el único actor político que entre los candidatos a presidir la Junta ofrece moderación, experiencia y centralidad política. Eso lo harán todos, pero él habrá sido el primero y eso siempre trae más y mejores frutos.
[ze_summary text=»Page sabe que el electorado de CLM no admitirá medias tintas con la unidad de España y que le perdonará mejor pecar por exceso que por defecto»]Page sabe que el electorado de CLM no admitirá medias tintas con la unidad de España y que le perdonará mejor pecar por exceso que por defecto[/ze_summary]
Algo similar ha puesto en marcha con su maratón de entrevistas y apariciones en los medios de comunicación de difusión nacional para pregonar su posición de contestación absoluta al independentismo y en defensa de la Constitución y la unidad de España.
A los socialistas de Castilla-La Mancha nunca les ha molestado la bandera ni el crucifijo, independientemente de que unos los hayan utilizado más que otros. Y Page se siente cómodo en ese espacio político que ha dado al PSOE sus mejores resultados electorales, el que se basa en pescar en los caladeros de la derecha, que son los más amplios en Castilla-La Mancha, sin renunciar al centro y al centro izquierda. La fórmula le dio resultado en Toledo y repite la fórmula para Castilla-La Mancha.
Hace tiempo que Page dijo ya que los partidos independentistas no deberían presentarse a las elecciones generales. Fue en uno de los «Espacio Reservado» de encastillalamancha.es. Si los partidos independentistas reniegan de España, lo lógico sería que no se presentaran en unas elecciones nacionales, afirmó el 28 de octubre de 2016.
Ahora ha ido más allá y ha dejado caer si quizás sería bueno en el futuro abrir el debate sobre si las formaciones separatistas deben ser legales o no. Sabe que el electorado castellano-manchego no admitirá bromas ni medias tintas con la unidad de España y que le perdonará mejor pecar por exceso que por defecto en este tema. Así que ha pisado el acelerador para que lo que pase en mayo no sea una sorpresa.