La Asociación de Jueces Francisco de Vitoria dice que ve lógico que Cristina, la infanta hija del Rey, tenga un trato diferente a su llegada al Juzgado de Palma de Mallorca el próximo 8 de febrero por razones de seguridad primero y para evitar el escarnio y el linchamiento después. «Manda huevos», utilizando el lengüaje directo que hizo más popular aún a ese dirigente «popular» cuando todavía era alguien en el mundillo político español (ya saben, al final todos, absolutamente todos, terminan marchándose y pocos, muy pocos, les echan de menos).
No se me ocurre otro epíteto.
Porque, ahondando en su argumento, desde esta asociación judicial afirman que la igualdad de trato de la Justicia con los ciudadanos debe ser de puertas para adentro, no hacia fuera. Faltaría más en el primero de los casos, no tiene ninguna lógica que no se haga de igual forma en el segundo. Porque la imputada, por muy infanta que sea, tiene que hacer el «paseíllo» que haría cualquiera que tiene que pasar por ese trecho con rampa incluida que le separa de la puerta del Juzgado balear y por el que ya penó incluso su marido, el origen de sus males. Con las medidas de seguridad que requiera su condición de infanta, sí, pero entrando como todo hijo de vecino, en su calidad de imputada y no con el privilegio real de la puerta de atrás, a hurtadillas y a escondidas. Si eres monárquico, lo eres hasta para demostrar tus presuntas vergüenzas.
En el país de la telebasura dentro de casa pasan estas cosas, que nos apenamos por quienes más tienen pero alzamos la vista cuando a nuestro alrededor…
Porque seguimos tratando a los poderosos por el color de su dinero principalmente. De famosa a famoso, José María del Nido, expresidente del Sevilla, fue condenado a entrar en la cárcel por cobrar al Ayuntamiento de Marbella minutas millonarias que no venían a cuento. Vamos, por intervenciones profesionales inexistentes y llevarse el dinero de todos. Ya saben, estas cosas que les hacen diferentes a los ciudadanos corrientes. El delito está demostrado, ratificado y no sé cuántas cosas más, pero a sus colegas presidentes de clubes españoles no se les ha ocurrido mejor cosa que firmar para pedir el indulto para «mi arma». El dato estremece: 29 de los 40 presidentes de equipos de fútbol de la Primera y la Segunda División española se han apenado de Del Nido porque sí. Porque otro argumento no hay. Incluidos los top, se llamen Florentino o el ya dimitido Sandro. A ver si me va a tocar mañana a mí, habrá pensado más de uno.
Será que, en realidad, son diferentes al resto.
De cachondeo si no fuera porque es cierto. Claro que cada uno puede pedir el indulto por quien quiera, pero quien está expuesto a las cámaras a diario debe demostrar, aunque sea un poco, su responsabilidad. Que el fútbol llamado profesional nos vuelve tontos: desde idolatrar a personajes que trabajan una media de cuatro horas diarias, cuando las trabajan, hasta pedir que sea presidente un señor como Messi que se demostró que «tuvo faltas» con Hacienda pero a quien se le jalea a la salida del Juzgado. Y no hablo de sus sueldos porque el día que el fútbol explote habrá una revolución en toda regla en este o en cualquier otro país. Ya nos quitaron el pan, si ahora le toca al circo…
Mientras, señoras y señores, para todos los demás la vida sigue igual.
cesardelrio@encastillalamancha.es