Esta es mi época preferida del año. La llegada de la primavera y, sobre todo, el día en el que se cambia la hora es un soplo de vida muy grande.
La primavera da un respiro a la espasticidad de mis músculos
Días más largos, más luz, alegría cuando sales a la calle, mucha más gente en ella y especialmente la temperatura ideal para mis músculos, para que la espasticidad me deje de dar la lata que me da cuando hace más frío.
Realmente me he levantado con esa sensación hoy, he salido como cada día a tomar un poco el sol en mi balcón, temprano porque mi piso tiene orientación al norte y no tengo sol durante casi todo el día.
Redescubriendo los pequeños detalles que tenemos alrededor
Pero hoy calentaba más a la misma hora que ayer y me ha dado alegría. En estos días me he dado cuenta de que necesitamos muy poco para alegrarnos, que estamos redescubriendo todo lo que tenemos a nuestro alrededor y que muchas veces, por falta de tiempo, no disfrutamos. No lo olvides nunca y cuando salgas, prepárate para disfrutar de esos pequeños detalles.
Además, como me dicen César Aparicio y Marta Yuste, dos magos de la salud que me ayudan, que es importante durante estos días tomar al menos 15 minutos de sol para facilitar la generación de la vitamina D, importantísima para la salud de nuestro cuerpo.
Que los justicieros cambien también la hora…
¡Qué pena que haya gente que recrimine a otras personas por salir a pasear con familia que lo necesita, como auténticos justicieros de balcón!
Sigo pensando que hay más gente buena que mala por el mundo y por eso cuando veo a alguien no me planteo que lo está haciendo mal, que seguro que los hay, pero no me digáis que no se nota cuando una persona acompaña a alguien que necesita salir.
No tendrían que utilizar un lazo azul -¡ya bastante señaladas están!- esas personas durante toda su vida. Espero que para esos justicieros también cambien la hora y aparezca un poco más de alegría y empatía.
Éstos días estoy recibiendo muchos mensajes muy bonitos sobre los artículos escritos desde mi balcón. Os doy las gracias porque no solo yo os puedo ayudar sino que a mí me ayuda muchísimo recibir tantas muestras de cariño.
“Un paseo por los sueños”
Ayer recibí una poesía de una amiga de hace muchos años, madre de uno de mis nadadores favoritos, que también ha pasado por momentos de lucha en su vida y que ha conseguido vencer, sin rendirse nunca. Con su permiso os comparto esta poesía que escribía desde su balcón mientras se quedaba mirando el universo durante la noche. Gracias amiga porque seguro que les sirve a todas las personas que nos lean. Se titula Un paseo por los sueños:
Busco en los sueños las huellas de los pasos que no anduve,
busco de ilusión la nube donde el viento se acomode,
donde el tiempo no haga mella,
donde se aviste una estrella que prodigue resplandores a las sombras más opacas.
Busco aprender con el eco del ideal del olvido,
busco el trazo que dé forma a lo que es desconocido.
Escudriño en las palabras más sabias,
pero el sonido que encumbra los embelecos me confunden de camino.
Le ganó la conveniencia la batalla a lo divino.
Busco en otra dimensión lo que no se encuentra aquí,
como busca el curso un río que hasta el mar llegue a morir.
Como el ave en el vacío busca el espacio al volar,
como el espacio sombrío busca la luz
para dar un poco de claridad a un sitio triste y baldío.
Siempre busco más allá y en encontrar aún confío.
Decid más te quiero, sin miedo
Termino con una canción que me ha enviado una persona a la que quiero mucho, disfrutadla y como dicen, hay que decir más te quiero, sin miedo. ¡Os quiero!
Otras columnas «Desde el balcón de ELAlcalde»:
«Abro mi balcón para explicarte cómo me siento y aportar un granito de esperanza»
«Del cumpleaños a distancia de mi padre a cómo conocí a Laura», por Juan Ramón Amores
«Hay un bichito en la calle… ¿Cómo explicárselo a los niños?», por Juan Ramón Amores