Una diputada rusa ha propuesto al Parlamento de su país modificar la ley para que el marido que pegue a su mujer no sea castigado con la cárcel si lo hace solamente una vez al año, sino con una multa de 500 euros, de 10 a 15 días de arresto o 120 horas de trabajos para la sociedad. No, no es una broma ni algo que ocurriera en la Edad Media, sino una realidad acual, en pleno siglo XXI.
Elena Mizulina, diputada del partido conservador Rusia Justa, es la presidenta del Comité sobre Mujer, Familia y Asuntos Infantiles y también provocó polémica cuando promovió una ley que castiga a quien haga propaganda homosexual. Con esta propuesta responde a la iniciativa que adoptó hace unos meses el Gobierno ruso de considerar la violencia doméstica equivalente a los «delitos de odio» y castigar esas agresiones con penas de prisión.
Según ha contado el periodista Xavier Colás en el diario El Mundo, esta diputada no considera justo que haya «personas encarceladas durante dos años y etiquetadas como criminales simplemente por dar una torta». Por eso ha propuesto que las agresiones registradas dentro de la familia -tanto del hombre a la mujer como de ésta a él o a los hijos- sean consideradas un delito civil, no penal, y no se castiguen con penas de cárcel.
A LA CÁRCEL SOLO POR GRANDES PALIZAS
Mizulina también propone que esa primera agresión se pueda castigar con pena de cárcel, pero solo en el caso de que se considere «un acto de vandalismo». Vaya, que la esposa agredida -o el marido o un hijo- tendrá que recibir una paliza bestial y quedar con unos cuantos huesos rotos para que los jueces envíen al agresor a pasar una temporada entre rejas.
Es muy grave que alguien haya presentado semejante iniciativa, con independencia de su ideología, y es muy grave que sea una mujer. Pero también es muy grave que una abrumadora mayoría de 368 diputados del Parlamento ruso -integrado mayoritariamente por hombres- haya votado a favor y solo haya habido un voto en contra y una abstención.
El Parlamento debe efectuar una segunda votación que, si sale adelante, convertirá en legal el maltrato dentro de la familia en Rusia si se practica solo una vez al año y sin demasiada violencia. Increíble. Hay que desear que se produzcan muchas reacciones en contra, no solo en Rusia sino en Europa y otros países, a ver si hacen cambiar de idea a sus señorías y rechazan una propuesta tan disparatada como la que defiende la diputada Elena Mizulina.
LA IGLESIA ORTODOXA LO ACEPTA
A la Iglesia ortodoxa rusa le parece bien la iniciativa de la diputada Mizulina, porque considera que el «castigo corporal» puede disculparse cuando «es razonable y se hace con amor», según cuenta el periodista citado. También es increíble.
En España constituye un problema muy grave la violencia de género -en las tres primeras semanas de 2017 ya han sido asesinadas cuatro mujeres por sus parejas o exparejas-, y en Rusia lo es aun más: allí, el 40% de los crímenes violentos se producen dentro de la familia y se calcula que unas 14.000 mujeres mueren cada año víctimas de sus parejas o de un familiar.