Se acerca la hora de conocer los presupuestos regionales para 2012 y con ello crece la preocupación por saber cuánto más va a haber que recortar los servicios públicos castellano-manchegos para cumplir a final de año con el objetivo de déficit público del 1,5.
El Gobierno Cospedal ha dicho que no habrá más recortes y que la situación está controlada, pero dado que los ciudadanos no sabemos de economía mayoritariamente, pero sí que aprendimos en nuestra más tierna infancia que dos y dos son cuatro y dos menos dos, cero; las cuentas conocidas hasta la fecha causan preocupación.
Es necesario explicar con detalle cómo lo vamos a hacer este año con un presupuesto que, a priori, no llegará a los 6.000 millones de euros y un déficit de menos de 600 si en 2011 gastamos más de 8.000, ya con recortes, y aún así tuvimos un déficit de más de 2.700.
No digo que el Gobierno no sepa lo que va a hacer, ni desconfío de que tenga en las manos soluciones que no sabemos, pero la falta de información genera incertidumbre y ésta, a su vez, provoca desconfianza, precisamente el peor enemigo del espíritu de emprededores que se pretende favorecer.
Visto el efecto de parada cardiorrespiratoria en la que los ajustes ponen a la economía regional, tan dependiente hasta ahora del motor del dinero público, cunden en los corrillos de conversaciones privadas los peores temores. En este región no se chilla, pero se habla, como en todas partes.
Tan evidente es que María Dolores de Cospedal no ha generado esta situación como que son ella y su gobierno los que deben solucionarla. Se han dado pasos para el pago de la deuda y hacia la consolidación fiscal, pero esas palabras mágicas esconden una parálisis económica regional que de prolongarse demasiado tiempo hará que nos hundamos aún mas en el furgón de cola.
Si las cosas salen bien, en un par de años muchas regiones españolas empezarán a crecer y a aportar impuestos y riqueza al Estado. No será el caso de Castilla-La Mancha, cuya economía productiva al margen de las inversiones públicas es casi testimonial y menos que va a quedar después de esta crisis.
Ahora todos los motores autonómicos están gripados y en el taller, pero cuando salgan de la nave de reparaciones, no nos engañemos, no tenemos el mismo motor económico que Cataluña, Madrid, Valencia, Baleares, Navarra, País Vasco…
Hay que actuar en varios frentes para evitar que las tres de la cola: Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha se alejen cada vez más de los vagones pegados a la locomotora. No me imagino a Cospedal nada cómoda en el trío con Monago y Arenas o Griñán, pidiendo ayuda al Estado y con altas cifras de paro mientras Aguirre, Feijóo, López, Bauzá y otros rebajan paro, licitan obras y exhiben cifras en los Consejos de Política Fiscal y Financiera de la época.