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domingo, 24 de noviembre de 2024
el camino corto del poder 13/03/2017junio 6th, 2017 - Toledo
Mar G. Illán Mar G. Illán

Presiones. Otra vez, presiones.

La presión es el camino más corto que tiene el poder y quienes lo ostentan para conseguir sus fines. Cuando se ejerce sobre un periodista o un medio de comunicación es la vía rápida que alguien importante elige para lograr un titular a su favor o en contra de su adversario, que se publique una información incierta para favorecer sus intereses o perjudicar los del contrario, que no se dé luz a un contenido por las mismas razones que en el punto anterior. Etc. A veces la presión es simplemente para que se dé al “postureo” del que coacciona una relevancia informativa, gráfica y tipográfica que no tiene.


Las presiones, el pan nuestro de cada día

Presiones sobre los periodistas ha habido siempre. Son el pan nuestro de cada día. Y no las ejerce solo el poder político, sino cualquiera que se encuentra en unas situación de preponderancia ya sea política, económica, social o cultural y que piensa que por ser más fuerte tiene más derecho a imponer su voluntad y salir mejor parado de la prensa.

[ze_summary text=»A veces las presiones son por razones -las menos- y otras son por cojones -las más-; o un simple atraco: ¡la bolsa o la vida!»]A veces las presiones son por razones -las menos- y otras son por cojones -las más-; o un simple atraco: ¡la bolsa o la vida![/ze_summary] 

A veces las presiones son por razones -las menos- y otras son por cojones -las más-. Como las lentejas. En ocasiones hay sutilidad y en otras es un simple atraco: ¡la bolsa o la vida!.

Los periodistas no tenemos por qué ser héroes para poder hacer nuestro trabajo, que es un seguro de vida y salud democrática en un estado de derecho. Pero el respeto y el sitio hay que ganárselo dando la cara, a veces para que te la partan.

Cuando las presiones son en casa

En una ocasión ECOS, el medio que dio la vida a encastillalmancha.eshttp://www.encastillalamancha.es/, acudió a la Asociación de Periodistas de Toledo para pedir amparo. Habíamos denunciado presiones ni más ni menos que del Gobierno de Castilla-La Mancha. Nos contestaron que era un problema particular nuestro en el que la Asociación no debía entrar, pese al patente desacuerdo de algunos de sus miembros, que apoyaron claramente nuestra actuación y la necesidad de respaldarla públicamente. Luego vino otro Gobierno de otro partido que también presionó para, al menos, debilitarnos. Pero ya no acudimos a la Asociación. ¿Para qué? Además, nos habíamos dado de baja. A otros les pasaba lo mismo y tampoco les amparaba nadie.

Pese a todo, si hoy alguien acudiese a esa asociación -hoy desaparecida (no me sorprende)- y decidiesen ampararlo, yo me alegraría y lo aplaudiría, porque estarían cumpliendo con su obligación. Pero seguiría recordando que no lo hicieron siempre y que si lo hubieran hecho antes, quizás ya no habría que seguir haciéndolo hoy.

Las presiones que denuncia la APM

Creo que es aplicable a la Asociación de Periodistas de Madrid, a cuya Junta Directiva no se le puede culpar del pasado porque lleva poco más de un año. Si la APM hubiera denunciado antes, quizás ya no sería necesario seguir haciéndolo porque las presiones hubieran desaparecido o se habrían minimizado bastante. Pero obrar mal en el pasado no puede impedir el amparo de los que las sufren en el presente.

Que en anteriores ocasiones y con otros partidos no lo hicieran así no es un impedimento para cumplir hoy. Ni tampoco hacerlo hoy, que afecta a Podemos, un partido más pequeño y que no maneja todos los resortes del Estado, debe tapar la crítica por no haberlo hecho antes si, como dicen muchos de sus socios, las han ejercido PP y PSOE en posición de plenos poderes.

Más vale tarde que nunca, sin duda. Pero hay que tener buena memoria para aplaudir cuando se cumple con la obligación cueste lo que cueste y cuando se incumple, porque cuesta demasiado o porque sale rentable.

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