«Hace exactamente un año, nos felicitábamos por devolver a las calles la fiesta del Primero de Mayo. Paradójicamente, parece que hace mucho más tiempo de aquel día, anclado en los primeros meses de la nueva ‘sacudida’ socioeconómica que ya se dejaba sentir tras los primeros meses de la guerra en Ucrania.
Era el despertar de un nuevo contexto complejo al que, desde el Socialismo, y siempre de la mano de agentes sociales y sociedad articulada, respondíamos con ‘decretos anticrisis’, llenos de medidas y de infinidad de políticas, que bien os puedo resumir en una: el impulso al cambio de paradigma que abrimos para afrontar la pandemia y en el que, lejos de apostar por los recortes, la desidia, la especulación y la destrucción del estado del bienestar por las que optaron en otras épocas los gobiernos de la derecha, apostábamos por el fortalecimiento del mayor escudo social desplegado en la historia reciente y por el refuerzo inapelable de lo público, a todos los niveles.
«Seguimos en la calle junto a la mayoría social»
Si bien ‘la receta’ no es nueva, (una similar permitió a la vieja Europa salir de la Primera Guerra Mundial y de la Segunda), sin duda, invertir por la mayoría social (y especialmente, por quienes resultan más vulnerables ante cualquier ‘sacudida’ de estas magnitudes), requiere valentía, compromiso y un proyecto claro que, lejos de diluirse, se ha consolidado. Un propósito con el que, además, el Socialismo ha sabido ‘regar’, desde sus gobiernos en los distintos niveles, cada pueblo, ciudad, comarca y región en los que ha estado en su mano.
Por eso hoy, en un nuevo Primero de Mayo, seguimos en la calle, junto a la mayoría social con la que nunca han estado (ni se espera) a la derecha y la ultraderecha que, desde que el mundo es mundo, solo han recurrido a las clases trabajadoras para una cosa: aprovecharse de ellas y cortarles de raíz y sin opción, toda posibilidad de progreso y hasta el derecho a luchar por sus sueños para hacer realidad los de las élites.
Quizá no estar hoy entre nosotras y nosotros, en las calles, sea lo único coherente que han hecho a lo largo del tiempo. Y la muestra más evidente de un ‘ADN’ que no pueden ocultar ni con otras mil mentiras que sigan saliendo de sus bocas; un ‘ADN’ que hoy aquí, en su ausencia, grita que no quieren ‘remangarse’ para gobernar de forma responsable y desde la complejidad que conlleva ir al fondo de un Derecho del Trabajo que, evidentemente, sesgan interesadamente o, directamente, no conocen. Un Derecho que, históricamente, aspira a equilibrar la lógica relación de desigualdad que el propio mercado genera entre las empresas y quienes trabajan en ellas.
«Es posible salir de la crisis impulsando un mercado laboral modernizado y fortalecido»
Regularlo no es fácil (si se aspira a hacerlo desde el diálogo, el acuerdo y la negociación que llevamos a gala en el Partido Socialista desde cada uno de los gobiernos): apoyando (como vemos en la propia provincia de Albacete) a quienes quieren crear riqueza (y facilitándoselo), sin que ello implique quitar derechos a sus trabajadores y trabajadoras. Buscando, simple y llanamente, hacerle la vida mejor a ambas partes: por supuesto, a quienes arriesgan su patrimonio e impulsan negocios que nos son vitales para avanzar; pero también a esa imprescindible fuerza del trabajo que es la que materializa el éxito de esos negocios.
Así entendemos los y las socialistas la complejidad de un reto en el que, con todo nuestro compromiso, cada día nos volcamos desde cualquier ámbito, respondiendo a los mantras catastrofistas de la derecha y la ultraderecha, con mejor gestión, más consenso, más diálogo, más acuerdo: Reforma laboral, datos positivamente históricos en contrataciones indefinidas, mejores referencias en el ámbito juvenil, también con más y mejor formación para el empleo; subida de salarios, de pensiones cada vez más dignas, del Ingreso Mínimo Vital… Apenas puntos clave de una ruta de fondo en la que no nos resignamos a detenernos ni un instante, avanzando frente al ruido.
Por eso, cada Primero de Mayo, se nos encuentra donde siempre estamos: en la calle, al lado de los hombres y las mujeres que son ‘motor’ de nuestros pueblos y ciudades. Defendiendo lo que piensa la inmensa mayoría social que cree firmemente en trabajos y salarios dignos, y en que es posible salir de la crisis impulsando un mercado laboral modernizado y fortalecido, donde sendas partes ganen, sin vencedora ni vencida.»
Santi Cabañero es el presidente de la Diputación de Albacete y secretario general del PSOE en la provincia de Albacete.