César del Río

Tener mayoría absoluta es tener todo. Ya está. Sin más. Y sentarse frente a ella y ver cómo otro la tiene es lo mismo que no tener prácticamente nada. Pero en ese todo puede estar también la perdición del que la tiene y la salida a flote de quien la padece. Depende de cómo se gestione, es obvio.

La situación en la que se han quedado las Cortes de Castilla-La Mancha es clara, con 19 diputados para el PSOE, que ya no tiene que apoyarse en nada en la muleta de Podemos y que si bien le sirvió a Emiliano García-Page para formar Gobierno en 2015 también le costó una «puñalada», como él mismo lo ha definido en tantas ocasiones como ha tenido la oportunidad de hacerlo, cuando los dos diputados morados decidieron decir no a los Presupuestos aquel día de abril de 2017 en el que todos nos quedamos con los ojos como platos cuando en el último minuto del partido la mayoría de los diputados que estaban en las Cortes no daban crédito a lo que acababa de ocurrir. Y que se solucionó cuatro meses después, en agosto, con la entrada de José García Molina en el Gobierno y el cabreo de su entonces compañero y ya examigo David Llorente por ese mismo motivo.

El sueldo que quitaron a los diputados y los puñetazos políticos

De hecho, Podemos ya no está en el Parlamento regional. Del Gobierno a la «desaparición» en apenas dos años. Desaparición porque desde que el domingo 26 de mayo se llevaran un varapalo electoral y dimitieran sus dirigentes, nada más se ha vuelto a saber de ellos. Se supone que regresarán tras el verano…

El PP no va a tener fácil hilar su discurso tras bajar de los 16 diputados que consiguieron en 2015 a los 10 actuales, porque visto lo ocurrido en el Debate de Investidura, cada vez que Paco Núñez hable de Sanidad, Educación y demás, Page le recordará lo ocurrido con Cospedal con los recortes, la no publicación de las listas de espera… De hecho, cada vez que puede suelta el nombre de quien fuera la todopoderosa dirigente nacional y regional de los «populares» y que cayó en desgracia hasta para los suyos de aquí, que ya ni siquiera la nombran ni la hacen presidenta de honor.

Y Ciudadanos, con Carmen Picazo a la cabeza, que obtuvo un tremendo éxito al conseguir cuatro diputados, tampoco puede aspirar a liderar la oposición porque del 4 al 10 del PP hay todavía una gran diferencia. Eso sí, tras su pacto con el PSOE para compartir algún ayuntamiento de capital de provincia se han convertido poco menos que en «non gratos» para los «populares». No duden que será una legislatura en la que una parte de los puñetazos políticos irán del azul al naranja y viceversa.

Las dudas en la legislatura que acaba de comenzar ahora está en si los diputados volverán a tener sueldo oficial (extraoficial ya lo tienen entre lo que cobran por asistencia a Plenos y Comisiones, que tampoco es una mala cifra), parné que les retiró Cospedal; o si se cambia la ley electoral y por una vez, a ver si sirve de precedente, se hace como la lógica y la cabeza mandan para que los votos valgan igual en cualquiera de las cinco provincias de esta extensa región.

Esto promete…

@CesardelRioPolo

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