En contra de lo que la ciencia ha demostrado sobradamente, todavía hay quienes no creen en la eficacia de las vacunas contra la pandemia de la COVID-19 y no quieren vacunarse. No tienen ningún argumento científico para justificarse, pero les da igual: siguen y seguirán diciendo que lo blanco es negro, aunque todo el mundo afirme lo contrario. En España, afortunadamente, son pocas las personas que mantienen esa teoría en comparación con otros países de Europa, pero su cerrazón mental ante el avance de la investigación médica puede contagiar la enfermedad a otras. Ese es el problema y por eso hay que poner medidas para evitarlo.
Europa padece ya la sexta ola del coronavirus. España está en mejor situación, pero también han empezado a aumentar los contagios e ingresos en hospitales aunque sin llegar a cifras alarmantes. Las próximas fiestas navideñas hacen temer a las autoridades sanitarias, al Gobierno y a los virólogos que pueda incrementarse la incidencia de la enfermedad por la relajación de las medidas preventivas, debido a la sensación de que la COVID-19 ya está muy controlada.
España y Portugal son los países con más población vacunada
La evidente mejora de la situación, gracias a que España es -junto con Portugal- el país con más porcentaje de población vacunada, puede llevar a un relajamiento de las medidas de prevención que tendría consecuencias muy negativas. Por eso, las autoriades de algunas comunidades autónomas en las que se han incrementado los contagios han comenzado a adoptar otra vez medidas prevntivas.
El Ministerio de Sanidad ahora facilita los datos de contagios, ingresos hospitalarios y muertes separando los que corresponden a las personas vacunadas y los de quienes no han recibido el pinchazo. El riesgo de hospitalización y muerte por coronavirus en todas las edades, según un estudio sobre la eficacia de la vacunación, se reduce en un 90% en quienes reciben la vacuna.
Según los datos oficiales, la incidencia del coronavirus es tres veces más entre las personas no vacunadas que entre quienes sí lo están; la tasa media semanal en octubre y noviembre ha sido de 23,1 casos por cada 100.000 en las vacunadas y 64,5 en las no vacunadas; las personas de entre 60 y 80 años no vacunadas tienen 25 veces más riesgo de morir que las que están inmunizadas; de las ingresadas en UCI de hospitales por COVID-19, el 60% no están vacunadas…
Es muy probable que los negacionistas no hagan ni caso de estos datos y busquen cualquier excusa para no creerlos, pero las cifras demuestran que la diferencia de los efectos del coronavirus en esos dos sectores de la población es espectacular. Quienes rechazan las vacunas deberían reflexionar y plantearse esta pregunta: si la ciencia dice lo contrario que ellos, y también lo dicen los datos oficiales y las autoridades sanitarias de todo el mundo -con la Organización Mundial de la Salud (OMS) a la cabeza-, ¿no será porque los negacionistas están equivocados?
Más de cinco millones de contagios y 87.000 muertes
A fecha 25 de noviembre de 2021, en los 20 meses transcurridos desde que el Gobierno declaró el estado de alarma en España se han contagiado de la COVID-19 un total de 5.121.100 personas y han fallecido 87.931. Y probablemente serán más, porque al principio hubo muertes no diagnosticadas de coronavirus. Actualmente hay 3.273 personas ingresadas en los hospitales por esta enfermedad y 571 en las UCI.
Esas cifras serían mucho más elevadas si la gran mayoría de la población no se hubiera vacunado. ¿Qué más necesitan los negacionistas para convencerse de que las vacunas son el único remedio efectivo para evitar que la enfermedad COVID-19 siga ocasionando contagios, ingresos hospitalarios y muertes a niveles tan espectaculares?