Sí, lo somos. Hablo en general y cada uno puede aplicarse el cuento en la parte particular que le corresponda. Muy guarros. Demasiado, diría yo. Cuando no afecta al entorno privado de cada uno, añadiría. Cada dos por tres se realizan campañas de limpieza en diferentes entornos y el resultado siempre es el mismo: recogida de kilos y kilos de mierda. Con los objetos y artilugios más extraños. Impresionante.
El último episodio vivido, en el entorno del embalse de Castrejón, en la provincia de Toledo, donde Ecologistas en Acción organizó una batida de voluntarios para retirar los deshechos y residuos que el humano se «olvida» de recoger o que tira y deja ahí porque le da la gana. Simplemente por eso, por compartir su guarrería.
Nada menos que 2.000 kilos recogieron en unas horas. 2.000 kilos de residuos dejados por los humanos. Por esos a los que luego se les llena la boca de compartir, no ensuciar…
So guarros
Y una mierda…
La que ellos dejan al aire libre porque no les afecta. So guarros…
Envases, bolsas de plástico, botellas, latas, vidrios… Muchos prácticamente en la orilla del embalse, del Tajo, pues imagínense lo que habrá dentro del agua. No lo quiero ni pensar. Bueno, sí. Kilos y más kilos de pura mierda.
Ecologistas dice que una parte de culpa la tienen los pescadores, que llegan, pescan, dejan lo que les sobra y se van. Pues bien que cuidan su afición.
Y otra de las instituciones, que supuestamente son quienes deben velar porque no haya guarros. Difícil esto último porque sería poner un guardia detrás de cada uno de los que visiten el campo.
Esto es una cuestión de educación pura y dura.
Hay mucho guarro suelto.
Y ya está.
@CesardelRioPolo
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