domingo, 24 de noviembre de 2024
03/04/2014junio 9th, 2017
César del Río César del Río

Pues efectivamente, el lunes 31 de marzo se cumplen 35 años desde que Castilla-La Mancha comenzara a ceder agua a través del trasvase Tajo-Segura para satisfacer las demandas de sequía de una zona de España que tenía sed. Lo que ha provocado, desde entonces, broncas, controversias y demás lindezas entre gente de aquí y de allá. Los argumentos son sencillos: desde un trasvase de recursos hídricos «de las zonas pobres de la península para que otros territorios se hagan más ricos, y no precisamente con el regadío sino con la especulación urbanística y las constructoras», en palabras de la Plataforma en Defensa de los Ríos Tajo y Alberche; hasta el que trata de convencer al de al lado afirmando que «el trasvase ha creado 100.000 empleos directos» en estos 35 años de vida, como claman desde el Sindicato Central de Regantes del Acueducto.

Dicho esto, el Tajo, a su paso por Castilla-La Mancha, es un asco continuo. El diccionario dice del agua lo siguiente: es líquida, inodora, insípida e incolora. Pues aquí nos reímos de esa definición tan paradisíaca que no sé si alguna vez se ha ajustado a la cruda realidad. Porque la que vemos pasar a diario desde hace ya no sé cuántos años, es de todo menos eso: tiene cuerpo, huele que apesta, posee un sabor que ni los peces aguantan y el color… ¡Ay el color! Depende del día para que sea marrón chocolate, verde jaspeado o directamente gris marengo.


Por lo tanto, no llamemos a eso agua. Ni siquiera río. Porque para que lo fuera debería ser, volvemos de nuevo a la RAE, «una corriente de agua continua y más o menos caudalosa que va a desembocar en otra, en un lago o en el mar». Ni agua, ni continua ni más o menos caudalosa.

La causa es el trasvase, que continúa.

En 2009 nada menos que 40.000 personas se manifestaron en Talavera para clamar. Y reclamar. Los padres de la criatura, Miguel Méndez-Cabeza y Miguel Ángel Sánchez, se han desgañitado un día sí y otro también y el Tajo algún día les tiene que devolver lo que ellos le han dado. Insisten en que el trasvase sigue siendo un auténtico despropósito que sirve para que el Segura sea un río vivo y el Tajo no sea ni río; y que los regantes murcianos se llevan la práctica totalidad del agua que cae en la cabecera. E insisten en que el Tajo y sus afluentes han quedado condenados a un estado de penuria y de estrés inasumibles en un río de un país de la Unión Europea.

Todos los partidos han luchado por salvar el Tajo. Yo lo que veo, desde hace ya muchos años, tanto en Toledo como en Talavera, es que el Tajo no es un río. Y eso sí que no es discutible, es fácilmente comprobable.

@CesardelRioPolo

cesardelrio@encastillalamancha.es

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