
La telebasura llega a Televisión Española. La televisión pública estatal ha contratado con una productora privada 65 capítulos de un programa en el que participarán Belén Esteban y otras personas del famoseo, de esas que viven del cuento vendiendo a buen precio su vida privada, metiéndose sin escrúpulos en la de los demás, gritando como si estuvieran en un puesto de mercadillo, protagonizando o buscando escándalos -si son sentimentales o de cama, mejor- y ofreciendo un espectáculo lamentable. Y tienen éxito de audiencia. El nuevo presidente de RTVE y su equipo abren así la puerta a la bazofia que ha triunfado en una televisión privada.
¿Debe intentar TVE aumentar su audiencia, con una programación que compita con las televisiones privadas? Claro que sí. ¿Puede ofrecer programas del corazón y de los personajes famosos, además de los informativos, culturales, deportivos, documentales u otros? Indudablemente, sí. Pero ¿sirve cualquier método para alcanzar ese objetivo?, ¿debe emitir un programa tan chabacano como el que previsiblemente será éste, a juzgar por lo que han hecho hasta ahora varios nombres de quienes participarán en él? Rotundamente, no. Este tipo de programas no encajan en el concepto de servicio público audiovisual que debe prestar la Corporación RTVE.
Más de cinco millones de euros para una productora privada
El futuro programa, que se emitirá en horario de tarde para competir con las televisiones privadas, ha sido contratado con la empresa La Osa Producciones Audiovisuales, constituida por los mismos empresarios que crearon el polémico programa Sálvame, emitido durante 15 años en Tele 5 entre frecuentes escándalos y alguna denuncia judicial. Cada uno de los 65 capítulos costará 81.500 euros, según ha publicado el digital El Independiente. En total, 5,3 millones de euros que esa productora percibirá cada tres meses.
Cada uno de los 65 capítulos costará 81.500 euros; en total, 5,3 millones de euros que esa productora percibirá cada tres meses
Habrá quien diga que criticar ya ese futuro programa es precipitado, porque TVE ni siquiera lo ha anunciado oficialmente; quizá dirán que es como poner la venda antes de la herida. Pero, a falta del anuncio oficial, ya está confirmado que su emisión comenzará en abril y que será un magacín titulado La familia de la tele, en el que participarán nombres habituales de programas de la denominada telebasura.
Belén Esteban será una de las colaboradoras estrella. Se dio a conocer por su relación sentimental con el torero Jesulín de Ubrique y unos años después, tras separarse, se dedicó a exponer su vida privada, a hablar de su hija con el torero en los platós de televisión y a ganar dinero con ello. Se convirió en un producto televisivo muy rentable. El defensor del menor de la Comunidad de Madrid llegó a solicitar a la Fiscalía de Menores que actuara en defensa de la intimidad y la propia imagen de la niña.
La princesa del pueblo, como la bautizaron sus fans -copiando el apelativo que antes se aplicó a Diana de Gales, Lady Di, cuando fue la esposa del actual rey del Reino Unido, Carlos III-, ha vendido a buen precio en distintos programas de televisión sus noviazgos, matrimonios, rupturas, operaciones estéticas, problemas con las drogas y todo lo vendible de su vida privada. Otros colaboradores en ese próximo programa también tienen un largo recorrido en espacios de televisión basura.
Una de las presentadoras será Inés Hernand, que ha protagonizado varias polémicas en la gala de los Premios Goya o el Benidorm Fest, hasta el punto de que el Consejo de Informativos de RTVE difundió un comunicado expresando su rechazo a ese comportamiento. Otra presentadora será María Patiño, con muchos años de experiencia en programas considerados telebasura.
Más poder para el presidente y menos competencias para el Consejo de Administración
Desde que José Pablo López fue elegido presidente de RTVE por el Congreso, hace cuatro meses, se ha comprometido a ir reduciendo la contratación de programas a productoras externas, una reivindicación de la plantilla de la Corporación desde hace muchos años. La anterior presidenta interina, Elena Sánchez, también lo dijo. Pero ni ella ni él, hasta ahora, lo han hecho.
José Pablo López puede hacer, decidir y contratar prácticamente todo lo que quiera en RTVE, porque el Gobierno cambió por un decreto ley el método de elección del Consejo de Administración, aumentó de 10 a 15 sus miembros -para que casi todos los grupos parlamentarios del Congreso se repartieran los puestos-, dio a la Presidencia mucho más poder ejecutivo del que nunca tuvo y quitó competencias de control y decisión al citado Consejo.
Ese cambio de la ley, que muchos llamaron decretazo, permite ahora al presidente de RTVE nombrar y cesar a su equipo directivo sin que deba ser votado por el Consejo de Administración, y aprobar muchos contratos o acuerdos, decisiones que antes tenían que pasar por ese órgano de la Corporación pública. Un lamentable retroceso en la radiotelevisión pública estatal.