domingo, 24 de noviembre de 2024
20/11/2014junio 8th, 2017
César del Río César del Río

La Pantoja está a punto, a puntito, de entrar en prisión y muchas de sus próximas «colegas» están de los nervios porque suceda este momento tan especial en sus vidas, porque ver a su ídolo a centímetros, compartir trena, celda, patio y confidencias con ella será lo mejor que les ocurrirá en sus vidas y, ojo, no lo puede decir cualquiera. De hecho, ya la están preparando el recibimiento que ellas piensan que se merece y sacarán sus mejores batas de cola, lucirán sus lunares al viento y entonarán algunas de las canciones. La televisión que pudieran entrar y filmar un Gran Hermano de presidiarias con pollo a la Pantoja y no en pepitoria se llevarían a la afición de calle. Todo se andará, que en España puede pasar de todo.

No es ficción, no, es real como la vida misma.


A José Luis Núñez, el que fuera en su momento y durante muchos años el otro «molt honorable» catalán, le va a pasar lo mismo, pero a este dudo mucho que incluso algunos le reconozcan. Solo los más viejos del lugar (de la cárcel de Quatre Camins) sabrán quién era un hombre que presidió el FC Barcelona en una época en la que Madrid y Barça comenzaban a rivalizar en la sociedad más allá de los campos de fútbol. De aquellos lodos… Y es que tanto él como su hijo utilizaron su privilegiada posición social y poder económico y empresarial para delinquir.

Les suena eso de delinquir, ¿verdad? Nada nuevo pues, real como la vida misma. Recuerden que estamos en España.

Hacienda, que somos todos cuando a ellos les interesa (nada nuevo tampoco), se dispone a recuperar más de 1.100 millones que están ocultos en el extranjero. Milloncetes de nada que pertenecen a 2.899 declarantes que se lo llevaron a Suiza, Andorra y Liechtenstein y que cuando han visto las barbas del Pujol (sí, del) mojadas… Quieren, ahora se llama así, regularizar su situación por si acaso viene el lobo y nos hinca el diente hasta ahí mismo. La novedad del asunto está en que, al contrario que hace tres años, estos defraudadores que nos la han metido hasta el corvejón (hala, a mirar qué significar la palabreja) ya no tendrán derecho a la amnistía fiscal pero, hete ahí la cuestión, con pagar una multa se van a librar del delito.

Vamos, que no quieren coincidir los próximos años ni con la Pantoja ni con el Núñez.

Mientras, la vida política sigue activa, no se crean que me he olvidado de ella. Por eso… «Tengan cuidado ahí fuera», decía el teniente Furillo en «Canción triste de Hill Street». Ellos siguen a lo suyo, nosotros a lo nuestro.

Pues eso…

@CesardelRioPolo

cesardelrio@encastillalamancha.es

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