Hay noticias que por muchas veces que se lean uno no termina de creérselas. Esta llega de Turquía. Resulta que si un hombre se casa con una menor, lo que conocemos como matrimonio infantil, podría legalmente mantener relaciones sexuales con ella y no se considera violación, por muy menor de edad que ella sea. Digo «podría legalmente» porque la barrabasada llega a tal extremo que incluso se va a debatir en el Parlamento turco sobre la posibilidad de que, efectivamente, eso sea legal.
Sí, legal. Como lo leen. Y lo podrán leer cuantas veces quieran que les va a dar igual. Han leído bien. Y no van a salir de su asombro, ya lo sé.
Bodas que, en muchos casos, y lo dice continuamente Unicef, son forzadas bien por la propia familia de la menor. El argumento que esgrimen quienes desean que esta barbaridad se reconvierta en normalidad es que en el país, en estos momentos, hay miles de bodas que se han llevado a cabo de esta manera por puro desconocimiento y que ahora enviar a los padres a prisión condenados por violadores dejarían a la familia absolutamente desarraigada y desventurada.
Sí, como lo siguen leyendo. Hay países en los que todavía los trogloditas campan a sus anchas y se cometen tales barbaridades que uno no termina de pensar eso de en qué mundo vivimos, por Dios o por Tutatis si quieren.
Violencia machista pura y dura. El hombre por encima de la mujer solo porque sí. Así viven en algunos lugares recónditos, y no tanto, del planeta.
Por fortuna, en Turquía hay mucha más gente que piensa lo contrario y por eso las concentraciones de los últimos días.
Y aunque el Parlamento aprobara tal ignominia, debería haber un alto Tribunal europeo que no dejara que tal despropósito se llevara a cabo.
De lo contrario, el mundo sería, si cabe, un poco más loco. De remate.
@CesardelRioPolo
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