Sí, en el mes en que los españoles se reparten por su patria y por el mundo, España viaja hacia ninguna parte.
La mayoría quiere que haya Gobierno y, por lo tanto, que no vayamos a terceras elecciones, aunque tenga que tomar las riendas el PP, como mal menor para sus no votantes y como único camino para los que dieron el sí a Mariano Rajoy.
Los españoles que se fragmentan en cuatro bloques cuando se les pide votar, se unen en una gran mayoría cuando se les pide trazar el plan a seguir el día después de un resultado tan complicado como los del 20-D y el 26-J: que haya gobierno. Y si para ello es necesario que se vaya Rajoy, pues hágase, dicen los encuestados, porque en eso también hay mayoría de ciudadanos, incluidos los que votan PP.
El último sondeo publicado, de Demoscopia para «El País«, reitera lo que ya decían otros estudios y lo que se puede escuchar si uno se asoma a cualquier conversación de gente corriente, independientemente de su edad, sexo, religión, ideología, profesión o estrato social: que haya Gobierno primero y luego empecemos a exigirle lo que la mayoría de los españoles quieren y que yo creo que se podría resumir en dos mandamientos: empleo y decencia.
Si muchos ciudadanos que no votaron al PP están dispuestos a tragarse un Gobierno de Rajoy, ¿por qué no lo hacen posible sus líderes? Si Rajoy está convencido de que sus 137 escaños le facultan como el presidente natural del futuro Gobierno, ¿por qué no hace algo para conseguirlo y sumar los que necesita para arrancar?
El caso es que en el mes en que los españoles se reparten por su patria y por el mundo, España viaja hacia ninguna parte.
Dice el diccionario de la Real Academia Española de la lengua que líder es, en primera acepción, la «persona que dirige o conduce un partido político, un grupo social u otra colectividad». En segundo lugar, «persona o entidad que va a la cabeza entre los de su clase, especialmente en una competición deportiva».
Lógicamente, liderazgo es «condición de líder», o «ejercicio de las actividades del líder» y también situación de superioridad en que se halla una institución u organización, un producto o un sector económico, dentro de su ámbito».
Si abundamos en el diccionario, vemos que dirigir es «enderezar, llevar rectamente algo hacia un término o lugar señalado» o «guiar, mostrando o dando las señas de un camino», tendremos que concluir que en España no hay líderes ni liderazgo, porque ni el país se endereza, ni hay señas del próximo camino, a no ser que éste, como digo, sea un viaje a ninguna parte.
Hubo un tiempo en que este país tuvo líderes políticos que primero tomaban la decisión que creían correcta y necesaria y luego se la explicaban a sus votantes, aunque les costara apoyo, incluso el puesto. El líder es el que hace lo que hay que hacer, aunque no sea lo más fácil, ni lo favorito, ni lo que a los suyos más les gustaría o lo que uno incluye en el programa electoral y promete en campaña.
¿A qué esperan los candidatos para convertirse en líderes…?