Tenistas de segunda línea, como si son de quinta regional, que entran en el juego de amañar partidos para ganar dinero de forma tramposa y delictiva; futbolistas que son idolatrados por millones de personas y que no solo no pagan sus impuestos en España, o gran parte de ellos, sino que hacen todo lo posible para que de paraíso en paraíso, fiscal, se pierda la pista a sus euros, dólares o lo que haga falta con la clara intención de ser más archimillonarios de lo que ya son.
Viva la vida…
Mientras, como a usted o a mí se nos ocurra tener una simple mancha en la declaración de la renta prepárense porque no solo va a ser tratado como un antiespañol a marchas forzadas, sino que se va a llevar un susto de aúpa con la multa que le va a llegar a casa. Y no proteste porque de lo contrario ya sabe lo que le espera. Y no proteste, reitero, porque en realidad no tiene derecho. Quien hace trampas tiene que pagar por ellas. Pero no solo los de a pie, también los que van en carrozas de oro. O éstos todavía más.
A Messi le vitoreaban en la calle cuando fue a declarar antes de ser condenado a 21 meses por fraude fiscal. A otros como Xabi Alonso, Di María, Carvalho y dos más se los investiga por lo mismo. Y los casos que no conocemos. Realmente desesperante.
También los hay que han dado la otra cara. Como la estrella del Real Madrid Castilla, Odegaard, quien se negó a participar en un engranaje fiscal tan rentable para los millonarios y tan temerario para el sistema y optó por pagar los impuestos que le correspondían. Sin más. Parece increíble que haya que halagar a quien cumple con la ley, que es lo que hacemos millones de españoles aunque nos joda rascarnos el bolsillo por eso que se llama, y en lo que creo, el bien general.
El deporte profesional es una filfa que nos ha comido la cabeza a casi todos. Todavía estoy por conocer a alguien que me explique, y justifique, las auténticas millonadas que cobran los que están en la élite, esos que nos hacen ponernos nerviosos los fines de semana y que lucen carros que normalmente no veo por las calles y tienen casas que ni pa qué.
El mercado es el mercado, dicen.
Vaya castaña de mercado…
@CesardelRioPolo
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