Llegan los meses decisivos. A partir de ahora y hasta el próximo 24 de mayo, cuando todos tendremos una doble cita en las urnas, las leches que se van a repartir unos y otros van a ser antológicas. Al PP y al PSOE me refiero. No lo duden. Tres años después, la historia de los medios de comunicación en Castilla-La Mancha no ha cambiado nada. Todo lo contrario. A la utilización y al dejarse utilizar a base de buenas prebendas me refiero. Es como si no hubiera pasado el tiempo. Vaya pesadilla. La gran mayoría a disposición del que manda porque periodismo hoy en día es sinónimo de servilismo; y gran parte del resto a buscar hueco por si la próxima legislatura cambia el color y reciben del maná que ya tuvieron durante muchos años. Tan triste como lo leen.
Volvamos a las leches. Las que se van a pegar las segundas y terceras líneas de Cospedal y Page. Hasta que en plena campaña se las den ellos «directamente». Nada nuevo tampoco. Llevan así los tres últimos años. Donde debiera haber caras amables hay una amargura indeleble, los que antes se llevaban tan bien con los periodistas ahora solo quieren tenerlos a su servicio, los hay que siguen sin entender que periodismo es equivalente a escuchar todas las voces, aunque a algunos no les gusten, y… Así estamos.
Ahora falta por saber qué va a suceder en Castilla-La Mancha con Podemos. Sí, con quienes según las últimas encuestas acapararían un numeroso voto de la izquierda y se situarían, en la fotografía actual, como la tercera fuerza política del país. A apenas un punto del PSOE y arrasando a IU. Falta por saber exactamente quiénes serán las caras de Podemos si optan a las elecciones autonómicas como sus candidatos en las diferentes poblaciones de la región.
Ojo entonces, que esta liga tiene mucho por jugarse aún. Hemos entrado en un panorama desconocido hasta ahora y del que nadie sabe cómo va a ser el resultado. Ni unos ni otros. La crisis, el desempleo y el cansancio han hecho mella. PP y PSOE lo saben bien. Aunque quieran disimularlo.
cesardelrio@encastillalamancha.es