Nada ha sido normal, sino totalmente atípico, en el debate de la moción de censura que presentó Vox con la intención de tumbar al Gobierno de coalición progresista PSOE-Unidas Podemos. No ha sido razonable presentarla sabiendo de antemano que iba a fracasar, ni proponer a Ramón Tamames como candidato a presidente del Gobierno, y tampoco lo ha sido la abstención del PP porque estaba en contra. Como se ha dicho reiteradamente, esta iniciativa de la ultraderecha ha sido un espectáculo, un esperpento, un teatrillo y una pérdida de tiempo.
El resultado de dos días de debate en el Congreso de los Diputados ha sido todo lo contrario de lo que pretendía el partido de ultraderecha: el PP no ha apoyado la moción y les ha criticado por presentarla (tampoco hubieran sido suficientes sus votos para que fuera aprobada), el candidato Ramón Tamames ha tenido que escuchar las críticas -respetuosas con su persona y su trayectoria como economista, eso sí- de todos los partidos por haberse dejado utilizar por Vox y participar en este simulacro de moción de censura. El ego excesivo conduce a estos errores. El portavoz socialista, Patxi López, definió al candidato como «un señuelo, un trampantojo» detrás del que está Vox, la «ultraderechita cobarde».
Muchos medios de comunicación -y muchos políticos- han coincidido en que estos dos días de debate no han servido para lo que pretendía Vox, sino todo lo contrario: han reforzado al Gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos. Pero esa coincidencia no se debe a que todos se hayan puesto de acuerdo contra Vox, en contra de lo que dijo y repitió Santiago Abascal, sino porque el espectáculo que se ha vivido en el Congreso el 20 y 21 de marzo ha sido un sinsentido bochornoso. Y Tamames ha aceptado gustoso participar con un papel protagonista. Y no solo eso: el que fue dirigente del Partido Comunista de España -antes de constituir la Federación Progresista y de pasar por Izquierda Unida y el CDS de Adolfo Súarez- ha asumido algunas ideas de Vox, un partido en el que hay quienes parecen añorar el régimen franquista que llevó a Tamames a la cárcel.
Ataques de Santiago Abascal a la prensa
Abascal no ha desaprovechado la ocasión de descalificar a los medios de comunicación; no a uno o varios en concreto, sino a todos en general. El trato injusto y nada democrático de Abascal y su partido a los medios que son críticos con ellos es bien conocido. Desde que este partido llegó a la vida política ha vetado a periodistas y medios a los que no ha permitido entrar en las ruedas de prensa y actos que ha convocado en sus sedes; los ha descalificado públicamente en las redes sociales; no les ha dado la palabra cuando la han pedido para preguntar en las comparecencias ante los informadores en el Congreso, donde no pueden prohibirles la entrada… Su concepto del derecho a la información que tiene la ciudadanía y de la libertad de prensa no se corresponde con el respeto que esos derechos constitucionales deben recibir en una sociedad democrática.
¿En alguna cabeza cabe pensar que todos los medios de comunicación, todos, se van a poner de acuerdo para ir contra Vox o contra otro partido? En la del líder de Vox, sí; por eso se atrevió a afirmar el martes, en su primera intervención para presentar a su candidato, que daba igual lo que ellos u otros grupos parlamentarios dijeran porque todo lo que iban a publicar los medios de comunicación «está previamente escrito». Es la vieja y conocida teoría de matar al mensajero cuando la noticia que trae no es del gusto de quien la recibe.
«Los titulares de mañana están escritos, los editoriales de los periódicos ya están dictados y los comentarios de los tertulianos, decididos y previamente redactados en los equipos de comunicación de los partidos políticos y gobiernos que hoy financian, subvencionan y compran a una buena parte de la prensa española», afirmó. «Todo lo que se dirá mañana en los medios de comunicación está previamente escrito antes de que se produzca este debate», continuó.
Críticas serias, sí; descalificaciones generalizadas, no
El periodismo y los periodistas deben ser criticados, lo mismo que los protagonistas de la vida política, pero con argumentos serios. No sirven las descalificaciones generalizadas basadas en imposibles acuerdos de todos contra Vox, ni sirven los vetos a medios y periodistas que no son del agrado del partido de ultraderecha y sus dirigentes. Conviene repetirlo: quienes se comportan de esa manera demuestran una total falta de respeto al derecho constitucional a la información que tiene la ciudadanía.
Tras dos días de debate, todos dicen que han ganado. Pero este debate ha perjudicado al PP, aunque en el partido que lidera Alberto Núñez Feijóo lo niegan. Y ha perjudicado sobre todo a Vox, porque algunos de sus votantes no habrán entendido por qué presentan una moción de censura que está predestinada al fracaso ni por qué razón proponen un candidato que ha estado en las antípodas ideológicas del partido. El resultado: 201 votos en contra de la moción, 53 a favor y 91 abstenciones.
En contra de la finalidad de la moción de censura, que es la de desbancar al Gobierno, la coalición progresista de PSOE y Unidas Podemos ha salido favorecida. El debate ha beneficiado a Pedro Sánchez, porque durante varios días no se ha hablado de varios asuntos polémicos que perjudicaban a los socialistas; y ha beneficiado a Yolanda Díaz, que ha respondido con datos y con contundencia a Ramón Tamames y ha ganado puntos para su proyecto Sumar pocos días antes del acto que ha convocado en Madrid para anunciar que será candidata a la Presidencia del Gobierno en las elecciones generales de diciembre.
Santiago Abascal recordó en su intervención inicial los calificativos que desde el Gobierno y la oposición han dedicado a su moción de censura: «Un disparate, un circo, una chirigota, un juego excéntrico, una mala broma, una patochada, una comedia bufa, un teatrillo, un esperpento, una tertulia televisada en directo, un pasacalles irrelevante…» ¿Influirá el debate de esta moción de censura en las próximas elecciones? ¿Lo tendrá en cuenta el electorado a la hora de depositar su voto en las municipales y autónomicas del 28 de mayo y en las generales de diciembre?