Toda España sigue los últimos partes de incidencias del PSOE, un partido que su mayor líder -y posiblemente el único al que pueda aplicársele esa definición-, Felipe González, ha dicho que ha perdido su vocación de mayoritario.
Del 2011 a esta parte, las convocatorias electorales son para el PSOE un parte de guerra con numerosas bajas y pérdidas de poder. El mapa de España cada vez tiene menos zonas rojas, apenas unos puntos, salvo por el sur. Parece mentira que el partido que ha gobernado España dos terceras partes de su etapa democrática se encuentre en retroceso permanente, con un mensaje que es una entelequia, desfondado y en el centro de los más crueles chascarrillos.
A falta de líderes, saltan espontáneos. Y en ese fregao un castellano-manchego, toledano de origen, Emiliano García-Page, nada y guarda la ropa mientras propios y extraños tratan de averiguar si deshoja la margarita de tiro para Madrid o me quedo en Castilla-La Mancha.
DEJARSE QUERER
Page se deja querer a ambos lados de la frontera y trata de hacerse hueco en el cuadro final, en el que quiere ser paisajista y paisaje, aunque tengo para mí que no el principal figurante.
El alcalde toledano y secretario general de los socialistas castellano-manchegos ha heredado la oposición después de 28 años de gobierno y siete mayorías absolutas de su partido en Castilla-La Mancha. Con la pérdida del poder le han sido entregados unos mimbres malheridos y resquebrajados por el fragor de la batalla y la derrota, como dice su diputado Pepe Molina en la entrevista que publicamos en portada.
Por si fuera poco, enfrente le espera María Dolores de Cospedal, todopoderosa y decidida a hacer de Castilla-La Mancha su segunda victoria y con ello el trampolín a una carrera incontestable en el futuro del PP a corto plazo. Con todo a su favor, en cuanto a poder y medios, y un partido que la obedece sin resquicio alguno de discordia y que la cree capaz de todo, Cospedal disfruta del escenario socialista y mira de reojo el ir y venir de Page. Sabe que si el PSOE no se recupera, su rival lo tendrá muy difícil para desalojarla del poder. Ella conoce muy bien el poder del partido y de la marca.
Ésa es, desde luego, una reflexión que muy probablemente se hace Page. Sin partido, no soy nadie. Y hoy el PSOE ni está ni se le espera como alternativa real de Gobierno, ni en el país ni en las comunidades autónomas. Pero si el partido se arregla y él no está entre sus rostros visibles también le costará muy caro enfrentarse a Cospedal, visible en el vértice de la pirámide de mando dentro y fuera de Castilla-La Mancha.
Mi teoría es que todo lo que Page hace en Madrid tiene como fin primero reforzar su poder en el PSOE regional y su figura en CLM, convencido de que tendrá que ser el candidato socialista en las autonómicas de 2015. En una situación como la del PSOE actual, posible es casi todo; pero yo diría que lo probable es lo que acabo de anunciar.
EL MODELO COSPEDAL
Más o menos como hizo Cospedal. Desde dentro, donde el PSOE controblaba cada hectárea, era muy difícil desencadenar un ataque eficaz contra el poder socialista. La Secretaría General del PP y todos su resortes fueron de una ayuda inestimable y de un eficacia insustituible para ganar las elecciones de 2011.
Estas cuestiones, sin duda, serán buena parte de las preguntas que los asistentes podrán hacer al líder socialista en «Espacio reservado», el desayuno informativo que ha organizado encastillalamancha.es con Emiliano García-Page, que se celebrará el 13 de diciembre en el Palacio de Congresos de Toledo.
Personalmente no creo que Page pretenda hoy por hoy ser el nuevo secretario federal del PSOE, pero visto el resultado que a Cospedal y otros les da mezclar poder nacional con aspiraciones autonómicas, es de esperar que quiera jugar esa baza.
Primero, para ayudar cuanto antes a enderezar el rumbo del PSOE. Segundo, para estar en su cuadro de mandos. Y tercero, para que con esas batallas resueltas se pueda centrar en la que yo creo que es su aspiración más inmediata, ser candidato del PSOE y presidente de Castilla-La Mancha en 2015.
Aún no lleva un año como líder del PSOE en la región y auque no ha resuelto los déficits de su partido aquí, sí ha logrado consolidar su liderazgo, que hoy por hoy no tiene alternativa. Otra cosa es que algunos pidan mayor giro a la izquierda, un movimiento que el alcalde toledano, que torea con las dos manos pero desde el centro, no creo que vaya a hacer.
RUBALCABA, PATXI LÓPEZ, VAQUERO Y EL EQUIPO DE ASALTO
De talante cercano y accesible, dotado de olfato político y con un mensaje que sonará a aire fresco en la corte madrileña, Page se deja querer al otro lado del Tajo, donde los periodistas se le disputan para largas conversaciones, titulares y encuentros.
Su plaza en el Senado le permite pulsar el PSOE territorio a territorio y su núcleo duro en el Partido Socialista de Castilla-La Mancha y en el Ayuntamiento de Toledo mantienen el orden suficiente para cuando «regrese», a ser posible con los objetivos cumplidos de un PSOE renovado y centrado que le tiene entre sus hijos predilectos.
Quizá le salga o quizá no la jugada. Pero estoy convencida de que la carta de las primarias en el escenario nacional del PSOE solo la jugará si fallan otras bazas a las que él se apunta.
En la sintonía de Rubalcaba y Patxi López, Page mete prisa para celebrar las primarias, como todos los que tienen una cita con el futuro, mientras que Alfredo, cada vez más con cara de pasado, ralentiza la máquina.
Aunque no pueda presentar aún resultados concretos, Page crece. «Está en ebullición», «está como una moto» «es un político que necesita horizontes y ahora los tiene todos abiertos, está disfrutando»… Son algunas frases que se oyen a sus leales.
Jesús Fernández Vaquero, su amigo y secretario de Organización, le hace de Sancho Panza para que no pierda la toma de tierra. Como los concejales y su gente en el Ayuntamiento.
Y mientras abre horizontes en Madrid, amplía su círculo de habituales en Castilla-La Mancha, compuesto solo por toledanos hasta que fue elegido secretario general. Hoy habla con todo el mundo en la región, pero se han convertido en interlocutores más habituales los alcaldes Juan Ávila y Pablo Bellido, secretario general del PSOE en Guadalajara. O el eurodiputado Sergio Gutiérrez, miembro de la Ejecutiva Federal, y los secretarios generales de Albacete, Manuel González; y Cuenca, José Luis Martínez Guijarro, con el que mantiene contacto sobre todo por su función de portavoz parlamentario. ¿Estamos ante la base de su futuro grupo de asalto?
Para los suyos es un ganador. Para los de fuera, un hombre cercano y accesible. Que esas virtudes políticas se extiendan y den sus frutos en el complicado mundo de la política nacional llevaría mucho más tiempo, demasiado como para dejar pasar la devocion y la obligación que le conducen inexorablemente a presentarse en Castilla-La Mancha.
La batalla, si finalmente se da, promete.