Yo no tengo ninguna cuenta bancaria en Suiza ni en ningún otro paraíso fiscal. O sea, que a tenor de lo que le dijo Luis Bárcenas al juez Ruz soy de esas «raras» ciudadanas de España que no tiene cuenta en Suiza. Porque parece que en este país no aprendemos y seguimos considerando que son los listos aquéllos que estafan o evaden, la nueva vieja versión de la picaresca. Por lógica, pensamos que los tontos son los que cumplen, lo tiene todo en regla y limitan su vida económica a la supervivencia o la mera vivencia en los buenos tiempos.
Ésa es la filosofía typical spanish que subyace tras las afirmaciones de Bárcenas al juez al considerar normal estafar al fisco si es en Suiza (supongo que vale cualquier otro paraíso de similares características y fines) y al definir «lo prudente, comosabetodoelmundo» no utilizar en España la tarjeta de crédito de las cuentas suizas, para que no te pillen por un descuido.
Yo, sin embargo, creo que lo normal es no tener cuenta en Suiza. Y que lo prudente es cumplir con tus obligaciones y no estafar al fisco, pero… Aquí el que no se forraba haciendo pisos y ganando el 200 por 100 en cada operación es que era tonto.
Y también era poco avispado el que no pedía un crédito al banco -o varios, mejor- para lo que fuera.
Y, pese a las advertencias de la crisis para tales prácticas, veo que son muchos y muy principales los que no se quieren dar por enterados y consideran sinónimos las palabras pobre y tonto. ¿Qué pensarán los científicos mileuristas o nimileurista que se dejan la bolsa y la vida en hacernos más fácil y saludable la existencia cuando oyen que lo normal y lo prudente es tener cuenta en Suiza?
Por cierto, entiendo que al fisco, a sus agentes y a sus responsables políticos, tendrán bien claro los términos en los que se habla de ellos, el desprecio y el ninguneo hacia su tarea y hasta a su capacidad de reconducir la situación.
Sin embargo, yo creo que la verdadera economía sumergida es la de Suiza y que es ahí donde más se deberían empeñar. No está bien engañar en ningún sitio, ni en España ni fuera de ella, pero la economía sumergida interna es la de la miseria, la del parado que hace chapuzas en negro por pocos cientos de euros. Por el contrario, la economía que se sumerge en Suiza y otros paraísos es la de la riqueza, donde está la chicha fiscalmente hablando.