“Nunca te rindas antes de intentarlo”, por Juan Ramón Amores

Esta mañana me he levantado hasta nervioso. Desde hace mucho tiempo no soy competitivo, intento hacer las cosas bien y en lo que se refiere a actividad física nunca me pongo un reto por delante, simplemente me muevo hasta que noto el agotamiento y no fuerzo, por recomendación médica.

Con mi enfermedad no se puede entrenar, simplemente tenemos que intentar movilizar musculatura y articulaciones, pero siempre buscando no provocar el agotamiento muscular.

Me inscribí en #YoMeMuevoPorTi solo por colaborar…

Me inscribí en el reto #YoMeMuevoPorTi simplemente por colaborar, sin saber si podría aguantar esos 20 kilómetrosm en bici. Hasta ahora lo normal era hacer unos 7 kilómetros y lo máximo eran 10. A partir de ahí mis piernas ya acababan cansadas y con temblores. Pero… ¿por qué no intentarlo hoy?

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La ocasión merece la pena, hay que recaudar fondos para comprar material de protección a los hospitales de la provincia de Albacete. En mi casa nos apuntamos los cuatro. Cinco euros por cabeza, para hacer 20 kilómetros en mi caso y 20 minutos en un recorrido con obstáculos que han hecho Mónica, Iván y Jimena.

He comenzado a buen ritmo, mucho mejor que los días que estoy solo. Y esto tiene truco, porque me he conectado a un directo de Instagram para que la gente que se conectara pudiera animarme. Ha funcionado, yo no veía quién estaba al otro lado, pero saber que había gente hace que vayas más rápido.

Cuando llevaba 5 kolómetros he desconectado el directo y me he conectado por videollamada con mis amigos. Paco estaba en su bici como si estuviera a mi lado, llevándome el ritmo y lanzándome ánimos. Luis, en Madrid cuidando de sus peques, que hacen que se tenga que mover durante todo el día.

Hemos conectado también con Carlos, unos segundos, porque estaba en su trinchera luchando por ti y por mí. Chiqui, todavía con heridas después de luchar, trabajaba en su ordenador. Y Pepe, desde el otro lado del mundo, nos decía que él ya había hecho el ejercicio antes que nosotros por el cambio horario.

Mis amigos me ha llevado casi sin darme cuenta al kilómetro 13

La verdad es que ver a mis amigos me ha llevado casi sin darme cuenta al kilómetro 13. Ya empezaba a notar cansancio. Me quedaba la recta final, esa que tantas veces hacía cuando llegaba al término municipal de La Roda y veía, al fondo, la torre de la iglesia.

Desde allí, quedan alrededor de esos 7 kilómetros en los que mezclabas las ganas de llegar, el qué poco me queda, qué largo se me está haciendo, aguanta como sea…  y muchos pensamientos que al final te llevaban a la meta.

¡1hora y 13 minutos… 20,100 kilómetros!

He vuelto a cambiar y me he metido a otro directo de Instagram. Mi amigo Antonio me ha dicho que se ha tenido que salir porque me estaba viendo sufrir, pero gracias a los ánimos, lo he conseguido. En los últimos kilómetros me han empezado a doler los isquios de la pierna derecha, a temblar el pie izquierdo, pero no me he rendido… ¡1 hora, 13 minutos y 20.100 kilómetros! Tengo una mezcla de cansancio y orgullo, pero os aseguro que mientras escribo este balcón, tengo una medio sonrisa que noto en mi gesto.