Quien me conoce sabe que siempre muestro con orgullo mi auténtica vocación y profesión. Yo desde siempre quise ser maestro, y aunque fue un camino muy largo y duro, al final lo conseguí.
Pienso muchos días en mis «compis» del «cole»… ¿Cómo lo estarán llevando? Con lo difícil que tiene que ser seguir un curso de manera telemática y que cada niño y niña en su casa se sienta verdaderamente atendido.
Es difícil la educación en una sociedad tan desigual
Pienso muchas veces en la dificultad que supone enfrentarse a la educación con la sociedad tan desigual en la que vivimos, ya que todo el mundo no tendrá una tablet, móvil, ordenador o simplemente Internet.
Me acuerdo permanentemente de esas familias que hasta ahora nunca habían valorado el trabajo de los docentes y que en la actualidad estarán viendo la difícil tarea a la que nos enfrentamos diariamente en el aula.
Estoy convencido que a partir de esta emergencia sanitaria ya no se verá igual la profesión de docente. Ha sido un colectivo que muchas veces ha sido atacado sin una justificación, pero siempre son personas dispuestas a darlo todo por el alumnado.
Me imagino cada día a muchos docentes que no tendrán formación tecnológica suficiente para dar clases a través de la red, para hacer una videoconferencia en grupo… Aunque sé de buena tinta que cuentan con el asesoramiento de sus compañeros de claustro.
Pelean como jabatos para no dejar a nadie atrás
Porque al final lo más importantes son nuestros niños y niñas y estoy convencido de que pelean como jabatos para no dejar a nadie atrás.
Por todos ellos y ellas también van mis aplausos a las 8:00 de la tarde, porque no están en primera línea de combate, pero desde su trinchera están haciendo una gran labor para que familias sin formación puedan seguir haciendo parte de la enseñanza que los niños en estos días no pueden recibir.
Gracias amigos docentes porque siempre habéis estado, porque esta profesión es una vocación y en la mayoría de las ocasiones nunca fue una obligación.
Será un gran aprendizaje para la juventud
Gracias por inventar actividades, por compartir vídeos, por seguir evaluando, por cuidar de nuestros peques, y por animar a las familias a cuidar de nuestra mayor tesoro, nuestros niños y niñas.
Soy de la opinión que no todo se enseña en los libros y creo estar convencido que esta enseñanza también llevará un gran aprendizaje a nuestra juventud.
Mención especial para la juventud que se enfrenta a una de las pruebas más importantes de la vida, la antigua selectividad para la gente de mi época, que marca el futuro de lo que quieres ser y serás en el futuro.
Gracias por seguir trabajando en casa, por tener paciencia, por estar a la espera de todos esos materiales que os manda a casa vuestro profesorado.
La EVAU pasará y vosotros continuaréis como no puede ser de otra manera. Sois nuestro futuro y lo tenéis que demostrar ahora más que nunca.
Tengo la suerte de tener a Mónica en casa
En mi casa yo tengo la suerte de tener a Mónica. Ella es maestra, aunque dejó su profesión temporalmente para venir a cumplir mi sueño, y mucho más a cuidarme. Ahora ella ha vuelto a descubrir su vocación y pasa horas y horas intentando educar y entretener a Iván y a Jimena.
Dibujan, juegan con plastilina, actividades plásticas, juegos, bailes, desayunos… Hasta tiene su propio nombre de maestra para que los niños no la confundan con su madre.
Es impagable esa labor que ella ya conocía, pero que nunca había puesto en práctica con sus hijos. Por todas las Mónicas o Juanras del mundo que hoy tienen que educar a sus hijos os mando un abrazo gigantesco.
Aplauso para Reme, Chiqui y Boni
Pero ahora os invito a una pequeña reflexión. ¿Imaginas hoy la cantidad de niños en el mundo que no tienen derecho a la educación? Amigos y amigas, aunque muchas veces no nos damos cuenta somos muy afortunados.
Por último quiero dedicar este aplauso de Jimena a tres personas especialmente: a Reme y Chiqui, que han pasado unos días difíciles de lucha, pero sobre todo a Boni, que está luchando como un titán para derrotar a este maldito bichito.
La Roda, 31 de marzo de 2020.
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