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Planeta Rural (6) 14/12/2021diciembre 17th, 2021 -

«Esto va de la tenacidad de algunas personas que no queremos que esto acabe siendo simplemente unas ruinas«. Olmeda de la Cuesta, en la provincia de Cuenca, es un pueblo diferente. Diferente no porque solo tenga 21 empadronados, porque en invierno se cuenten con los dedos de la mano las personas que allí viven y porque fue una de las primeras voces que se alzó contra la despoblación. Es un pueblo diferente porque Olmeda no se resignó a morir con los últimos habitantes que lo poblaban y sigue peleando por ocupar su huequito en la historia, con varias mentes pensantes con mil y un proyectos en marcha, y muchas otras ejecutoras, puesto que todo el pueblo se vuelca con las actividades que se realizan.

En la historia ya siempre estará porque tiene el honor de contar con un descendiente del árbol de Guernica, un privilegio que solo tienen ciudades como Buenos Aires o Ciudad de México.


Pero seguirá marcando la diferencia mientras personas como José Luis Regacho, Javi Regacho y Vicente García sigan proponiendo y ejecutando proyectos como la feria de oficios antiguos, una singular parada de autobús hecha de ferrocemento, el paseo de los relojes, la plaza con juegos para los niños, el parque con especies de árboles de todo el mundo, murales con anuncios antiguos y los proyectos que están por venir, como la iluminación nocturna que van a poner en todos los paseos que rodean al pueblo, la estantería de los libros libres que van a poner en la plaza y muchos otros proyectos que os vamos a contar a continuación.

Parada de autobuses de ferrocemento.

Parada de autobuses de ferrocemento.

La unión de un pequeño pueblo

La visita de encastillalamancha.es a Olmeda arranca en la plaza, un lugar donde encontramos a Bernardo, quien nos habla de la unión y la implicación de todos habitantes en cada una de las iniciativas, puesto que en Olmeda también hay una asociación cultural que promueve muchas actividades, como nos cuenta Ausi, la encargada del bar.

Solo abre de viernes a domingo, porque entresemana en el pueblo solo habitan algunos agricultores y algunas personas mayores, pero también lo pone en marcha cada vez que deciden hacer una iniciativa, dado que en Olmeda, siempre que pueden, sacan los fogones y hacen una comida para todo el pueblo, lo que fomenta la unión y mantiene encendida la llama en este municipio de La Alcarria Conquense.

«Antes de que llegara la pandemia hacíamos eventos mensuales. Por ejemplo, acabamos de hacer un campeonato de petanca, hicimos seis campos de petanca y allí tenías a todo el pueblo jugando a la petanca, ¿y cómo acaba eso? Con una barbacoa», ejemplifica el anfitrión de nuestra visita, Javi Regacho, teniente de alcalde y un hombre que dejó Madrid por la Olmeda y allí vive felizmente ingeniando macetas de madera, después de haber pasado su vida ingeniando aviones, puesto que estuvo al frente de un hangar de la fábrica de Airbus.

Javi Regacho junto al reloj de las horas canónicas.

Javi Regacho junto al reloj de las horas canónicas.

Solares baratos donde florecieron nuevas casas

El alcalde, José Luis Regacho, no nos puede acompañar en esta visita, pero por teléfono nos indica que atraer población para que viva permanentemente en el pueblo es una utopía, por la falta de empresas y trabajo que hay en la zona. Lo que sí han conseguido en los últimos años con sus políticas es que muchas familias se haga una casa en el pueblo. Esto lo realizaron gracias a su iniciativa de solares. Subastaron a varios solares dentro del núcleo urbano a un precio muy bajo, pero con la obligación de construir y por ello ahora en el pueblo han florecido una decena de casas nuevas, con pobladores ocasionales, algunos con raíces en el pueblo y otros venidos de distintos sitios.

Un artista del renacimiento que Olmeda ha sabido valorar

«Si me dices que estoy dejando el pueblo bonito es que no estoy haciendo mi trabajo», nos dice nada más conocernos el artista que en Olmeda de la Cuesta tiene su laboratorio de pruebas perfecto, sino fuese porque «aquí hay que estirar los duros«.

Él es Vicente García, originario del cercano municipio de Tinajas.  No aspira a dejarlo todo bonito, sino a ser trasgresor, ¡y vaya si lo está consiguiendo! Sus obras de ferrocemento nos acompañan por todo el pueblo. Formas imposibles moldeadas con esta unión de cemento y el hierro que han dado vida a la periferia del pueblo, como en el paseo de los relojes, donde se halla un reloj del zodiaco, un reloj solar, y el reloj de las horas canónigas o de las horas de misa.

El artífice de que Olmeda tenga más esculturas que personas agradece que en este municipio conquense se haya valorado y respetado su trabajo, donde pone a prueba su investigación y lleva a cabo «la obra de arte total», aunando con técnicas del renacimiento la arquitectura y  escultura, que es la casa que se está construyendo en la localidad, pero que para el es su «laboratorio de experimentación», cuyo interior está realizado con arcos y bóvedas, y en el exterior con estucos y esgrafiados, «presentes en muchas obras del renacimiento«, relata.

 

«Entre los concejales y alcaldes de La Alcarria corre el falso mito de que la Olmeda tiene dinero», bromea este artista que es todo un estudioso de la historia del arte y también un gran ejecutor, ya que es un enamorado de los frescos y la pintura al huevo, unas técnicas poco vistas en la actualidad, pero que son las que han permitido que las pinturas del renacimiento hayan sobrevivido hasta nuestros días, como en la Capilla Sixtina.

Ahora a las afueras del pueblo, Vicente Javi y José Luis están realizando otro ingenioso parque, con bancos con una orientación muy pensada y más esculturas de ferrocemento. Aunque todavía está en sus primeros paso, esta zona cercana al frontón contará con un río artificial y más de esta decoración tan característica de un pueblo que sigue ingeniando más y más proyectos.

 

En busca del turismo

Olmeda lleva copando titulares en la prensa desde hace muchos años. No es para menos, iniciativas como la feria de oficios antiguos son dignas de admirar. Atrae a algunos visitantes, pero el problema es que en la zona hay muy poca oferta de alojamiento rural y eso que La Alcarria conquense es un entorno natural precioso donde realizar actividades al aire libre como el senderismo.

Ahora en el municipio que hay más parques que casas quieren recuperar una antigua casona del pueblo para hacer allí un alojamiento rural, un proyecto más en una localidad donde faltan habitantes, pero no falta ilusión.

El especial «Planeta Rural» cuenta historias y ofrece soluciones a este problema de la despoblación, un especial que cuenta con la colaboración de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.

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