Fallaron las apuestas. Ni una hora ni hora media ni dos como mucho. ¡Tres horas de reunión!, el encuentro más largo que han mantenido nunca en CLM el jefe del Gobierno y el de la oposición. La situación no era para menos y aunque no hay acuerdos concretos se abre un esperanzador periodo de diálogo que serenará la vida política al menos por un tiempo.
El paro, como principal problema de CLM, la necesidad de mejorar el clima político y abrir un diálogo permanente, y la coincidencia en los criterios que Castilla-La Mancha debe pelear en el próximo sistema de financiación autonómica han sido los puntos de acuerdo. Mientras la reforma del Estatuto de Autonomía y la estrategia para negociar los planes de cuenca del Júcar y del Segura parecen frentes irreconciliables.
SI PUEDE VER LAS IMÁGENES, PINCHE AQUÍ
Se tocaron todos los palos importantes, aunque no hay acuerdos concretos en ninguno. Pero el hecho de que dos partidos políticos que aspiran a derrotarse en las urnas se vayan a sentar a hablar de unos presupuestos autonómicos, la columna vertebral de la acción de gobierno del Ejecutivo durante un año, es una noticia positiva y casi inaudita.
A nadie se le escapa la dificultad de que las conversaciones fragüen en acuerdos, pero la voluntad que María Dolores de Cospedal y Emiliano García-Page han expresado hoy tras su reunión de tres horas es que el principal problema de la región y lo que más tiempo les ha ocupado es cómo combatir el alto paro que tiene Castilla-La Mancha.
Ha habido acuerdo en el diagnóstico. Aunque no en las recetas, que sin embargo, no se han descartado por completo en ningún caso y las partes se han comprometido a estudiar las medidas de una y otro.
También ha habido coincidencia en que hay que retornar un clima político menos beligerante, en el que se desechen los insultos personales. Lo habían reclamado los dos por separado, pero la presidenta ha hecho hincapié especialmente en ello y ha confesado haberse sentido muy molesta por expresiones como «pucherazo electoral» para hablar de la reforma electoral que se propone hacer para reducir a la mitad el número de parlamentarios autonómicos.
Lógicamente, el buen clima pasa en parte por mantener abierto el diálogo entre ambos partidos, algo que se han comprometido a hacer Cospedal y Page con una agenda de contactos periódicos sobre temas generales o para profundizar en los sectoriales.
Cospedal y Page también comparten qué debe exigir CLM en la negociación de la financiación autonómica que se acometerá en breve: que se tenga en cuenta la extensión territorial y la dispersión poblacional de regiones como Castilla-La Mancha, donde prestar los servicios es mucho más caro que en zonas de gran concentración de población como Madrid o Cataluña.
Y ahí se acaban los puntos de coincidencia. Porque lo del Estatuto de Autonomía parece irreconducible e innegociable. No lo han dicho así ninguno de los dos en su comparecencia ante la prensa. Pero ambos han reconocido que no se han movido ni un ápice de sus planteamientos inciales, si bien se han comprometido a seguir hablando.
En cuanto al agua y a las negociaciones para los planes de cuenca del Júcar y el Segura, también se mantienen las diferencias. El PSOE es partidario de presentar alegaciones conjuntas apoyadas por los dos partidos y el Gobierno apuesta «por la discreción en la negociación».