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viernes, 22 de noviembre de 2024
Agustín Conde Bajén, presidente del Consejo Asesor del PP de Castilla-La Mancha.
Agustín Conde Bajén, presidente del Consejo Asesor del PP de Castilla-La Mancha.
Artículo de opinión - 16 septiembre 2021 - Toledo

«Desde que Pablo Casado como presidente del Partido Popular, mi partido, intervino en la reunión del Partido Popular Europeo criticando al gobierno de Pedro Sánchez, a algunos les ha entrado un ataque de patriotismo de hojalata. Desde la vicepresidenta del Gobierno hasta algún periodista de reconocido prestigio han venido sosteniendo que criticar al Gobierno en el extranjero es un acto de traición a la patria inaceptable en el líder de la oposición.

Eso es falso, es totalitario, y es dañino para nuestra democracia. El pluralismo político es uno de los “valores superiores” que propugna nuestra Constitución (artículo 1) y que se manifiesta a través de la existencia de partidos políticos que concurren a la formación y manifestación de la voluntad popular (artículo 6), para lo que se garantiza el derecho a la libertad de expresión de pensamientos, ideas y opiniones (artículo 20).


Decir lo que se piensa es un derecho de todo el mundo, pero en el caso de los dirigentes de los partidos políticos es incluso una obligación constitucional. El pluralismo político implica, por su propia esencia, que haya opiniones distintas, propuestas diferentes, diversos modos de entender la realidad, proyectos alternativos para atajar los problemas sociales. Lo contrario conduce al pensamiento único, tan grato a todos los totalitarismos, veneno que seca la savia de la democracia liberal, la única democracia real por cierto.

Todo aprendiz de tirano empieza por sostener que las críticas que a él se le hacen son críticas hechas a su país. Émulos de Luis XIV (“l’État c’est moi”) se identifican con la nación de modo que ofenderle a él es ofender a la patria. Discutir la eficacia de sus medidas de gobierno, su probidad, su capacidad o sus resultados es hacerlo, como en un espejo, con el país mismo. Si alguien describe los males que aquejan al país, con el legítimo fin de poder ponerles remedio, porque solo cuando se es consciente de un problema se puede empezar a solventarlo, el tiranuelo sostiene que lo que se está haciendo es hablar mal del país mismo, que al que así se expresa lo que le pasa es que no le gusta su patria. Se le cuelga entonces la etiqueta de “traidor” y queda ya descalificado como legítimo actor político.

«Poco a poco se va cercando la libertad de la oposición»

El enemigo del tirano es enemigo de la nación, y no puede por tanto aspirar a dirigirla. Poco a poco se va cercando la libertad de la oposición, se la va silenciando, se le impone la autocensura, se señala a sus dirigentes, y con el tiempo, casi sin darnos cuenta, resulta que el tirano ya no tiene a nadie que le discuta, a nadie que pueda resultar creíble como alternativa, a nadie que le pueda arrebatar el cargo. Las elecciones serán ya una pantomima, una mera formalidad para que el pueblo muestre su adhesión inquebrantable al líder inmaculado que les dirige. Fin de la historia. ¿De verdad es eso lo que queremos? Yo no, desde luego, y haré lo que pueda para denunciar a los que vienen con la mordaza en la mano.

Pablo Casado dijo en la reunión del PP europeo lo mismo que viene diciendo en el Congreso y en todas partes: que Pedro Sánchez es un peligro para la vitalidad de nuestra democracia por su afán de controlar cada una de las instituciones que conforman nuestro sistema de controles y contrapesos al poder, desde el Poder Judicial al Tribunal de Cuentas, pasando por la Fiscalía; que su sistema de gestión de los fondos europeos para la reconstrucción tras la pandemia es opaco, es ineficiente, y que propicia casos como el la aerolínea Plus Ultra, que son un escándalo mayúsculo. Pablo Casado lo dijo en el foro donde tiene que decirlo: en los órganos de la Unión Europea, o ante aquellos que conforman esos órganos, porque España es parte de Europa, porque Europa tiene funciones de control de nuestro respeto por los valores democráticos, y porque los fondos en cuestión son fondos europeos.

Qué duda cabe que a los tiranuelos les hubiera gustado más que Casado se hubiera expresado así en el club de calceta de Algeciras y no en Bruselas ante el mayor partido de la Unión Europea pero, qué le vamos a hacer, en el PP no solo nos sentimos libres, sino que además nos comportamos como ciudadanos libres y nos expresamos dónde y cuándo queremos, a pesar de que algunos nos quieran llamar traidores. Y por cierto, lo hacemos por el bien de España«.

Agustín Conde Bajén, presidente del Consejo Asesor del PP de Castilla-La Mancha.

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