Fue de los primeros «fichajes» de María Dolores de Cospedal. Quiero decir que le puso el ojo nada más llegar -mayo, 2006- y la convirtió en su primera portavoz parlamentaria en las Cortes de Castilla-La Mancha. La entonces diputada regional por Guadalajera era todavía una desconocida para la política regional, pero tardó poco en ganarse la confianza de una Cospedal que no se fiaba prácticamente de nadie en el PP castellano-manchego y que había sido prevendida contra casi todos los que estaban.
Ana Guarinos, presidenta de la Diputación de Guadalajara, vicesecretaria regional del PP y dentro de unos días presidenta provincial del PP en la tierra prometida; es decir, la que dio la victoria a Cospedal el 22 de mayo de 2011 y a la que la presidenta llevó su primer Día de Castilla-La Mancha. Mañana publicaremos en encastillalamancha.es una entrevista con Guarinos, de la que le adelantamos hoy algunos contenidos.
Tienen que saber que Guarinos fue de las primeras en romper la barrera de la desconfianza y perteneció siempre al Estado Mayor que acompañó a la secretaria general del PP en su labor de oposición en Castilla-La Mancha, con Vicente Tirado como mandamás de un grupo al que se fueron incorporando María Jesús Bonilla y, tras las elecciones autonómicas de 2007, Marcial Marín, Marisa Soriano, Carmen Casero, Leandro Esteban, Jesús Labrador y Fernando Urrutia. Todos acabaron siendo consejeros del primer Gobierno Cospedal, salvo Tirado que es presidente de las Cortes y Urrutia que es director general de Comunicación de la Junta.
¿Por qué Ana Guarinos es la única integrante del Estado Mayor de Cospedal en la oposición que no está en el Gobierno?
«Las cosas no son por casualidad». Es la única respuesta al respecto de una pregunta que todo el mundo se hizo cuando se supo que el destino que la presidenta tenía pensado para ella era la Diputación de Guadalajara.
Ahora sabemos que era el primer paso para controlar el partido con alguien de su total confianza en la tierra prometida, allí donde el PSOE se dejó siete mayorías absolutas y el PP consiguió la primera. Ella no solo no se queja, sino que se declara feliz, término que quizá no pudiera emplear si la hubiera tocado gestionar desde el Ejecutivo de la comunidad autónoma con más déficit de España. Eso sí, es la presidenta de Diputación más querida por Cospedal y por el secretario general, Tirado, aunque ella se aferre a repetir que «la presidenta no tiene ningún tipo de enchufados».
¿Va a ser presidenta provincial del PP porque se lleva mejor con Cospedal que Antonio Román?, preguntamos. Su respuesta también fue clara. Fue Román quien deshojó la margarita y decidió que no seguía, viene a decir. Hasta entonces, asegura, ella no entró en juego. Mañana lo cuenta con detalle en la entrevista que publicaremos en encastillalamancha.es.
Su temperamento como portavoz del Grupo Popular no dejó a nadie indiferente. Guarinos era considerada por todos lo que en el argot parlamentario se denomina una killer. Por la fuerza, la contundencia y la dureza de sus críticas, que reiteró sin piedad, pleno tras pleno, interpelando al Gobierno Barreda para investigar la intervención de CCM, contra los favoritismos hacia el aeropuerto de Ciudad Real o el escándalo de la Fundación Virtus. Se ganó el respeto de todos en muy poco tiempo, probaran o no la medicina de su fuerte carácter en la tribuna y en el trabajo. Nada que ver con el trato personal que dispensa a compañeros, rivales o simples mortales cuando se quita la toga política.
Según confiesa en la entrevista, todavía no ha tenido que enseñar «el carácter» a ningún consejero, la mayoría amigos de los tiempos en la oposición. Aunque se deduce de sus palabras que alguna llamada al orden ha habido. Del Gobierno, del PP y del PSOE habla claramente. Y también de su predecesora en el cargo, la socialista María Antonia Pérez León, hoy jefa de la oposición, a quien responsabiliza del elevado endeudamiento de la institución y de una actitud hóstil que llega hasta no aprobar el pago de facturas comprometidas y gastadas por el equipo de gobierno anterior. Por el contrario, alaba el talante del jefe de Pérez León, su rival, el secretario general del PSOE de Guadalajara, Pablo Bellido.
Ni se plantea que las diputaciones puedan desaparecer en provincias como Guadalajara y tiene claro que no sobra ni un ayuntamiento, por pequeño que sea. Y es que los alcaldes de esos microayuntamientos hacen de todo en sus pueblos: fontaneros, albañiles o recaderos, auténticos trabajadores sociales y gratis total para los vecinos.
«Un torbellino, admirable como persona y como política». Así ve Ana Guarinos a Cospedal. Al líder socialista le despacha con un breve «continuidad», mientras que considera «vivo, astuto y muy inteligente» a Leandro Esteban» e imbatible en capacidad de trabajo a Vicente Tirado.
Y hay más. Alguien ha cruzado una línea roja que no se debe traspasar nunca… ¿Imaginan quién?
Mañana podrán satisfacer la curiosidad.