sábado, 23 de noviembre de 2024
Ambos presidentes han matenido una reunión 13/11/2015junio 7th, 2017

Aragón y Castilla-La Mancha defienden un modelo territorial federal y cohesionado que garantice la prestación de unos servicios de calidad, para lo que consideran imprescindible que los criterios de territorio y despoblación sean fundamentales en el nuevo sistema de financiación autonómica.

Rueda de prensa ofrecida por ambos presidentes.


Los presidentes de Aragón y Castilla-La Mancha, Javier Lambán y Emiliano García-Page, respectivamente, se han reunido hoy en Zaragoza dentro de la ronda de contactos que el primero está manteniendo con dirigentes de comunidades limítrofes para analizar problemas comunes y «tratar de contribuir a la gobernanza de España», según ha dicho el aragonés.

Entre esos problemas comunes, uno que preocupa a ambos dirigentes es el de la despoblación en sus respectivos territorios, ambos muy extensos para muy poca población, y además dispersa.

Por eso, García-Page ha insistido en que el próximo modelo de financiación «no puede estar expuesto a chantajes o vaivenes de tipo nacionalista» y ha rehusado que el debate que se plantea «termine obscenamente en un problema de cuenta corriente».

A su juicio, la despoblación tiene que formar parte del «núcleo determinante» de la financiación autonómica del futuro.

Ambos dirigentes han hablado también de sanidad, en tanto en cuanto que, como comunidades vecinas, Aragón y Castilla-La Mancha mantienen convenios para la atención de pacientes en hospitales y centros de salud de zonas limítrofes, y ambos han criticado la desaparición del Fondo de Cohesión Sanitaria que garantizaba una compensación económica, por parte del Estado, por esta prestación sanitaria a ciudadanos de otras autonomías.

Para Lambán, esta supresión está causando «destrozos absolutamente injustificables» en la Sanidad, mientras que García-Page estima que la desaparición es «una auténtica amenaza de al concepto de unidad nacional» y la «piedra» que puede hacer que deje de haber un sistema nacional de salud para que haya «diecisiete distintos».

Su gobierno, ha insistido, va a continuar trabajando para restablecer este fondo de cohesión y va a mantener los convenios con comunidades vecinas que «tan buen resultado» han dado.

Y han hablado del agua y de su uso, y García-Page ha reconocido que le gustaría que en Castilla-La Mancha existiera «la unidad en torno al agua, a nivel social y político», que hay en Aragón.

Ha hecho referencia al trasvase del Ebro, y ha dicho que entiende «perfectamente» el rechazo aragonés a este proyecto a la luz de la experiencia del Tajo-Segura, «que se hizo a espaldas de toda la cuenca y que ha hecho que un río que por naturaleza desemboca en el Atlántico, lo haga en el Mediterráneo».

«El agua hay que compartirla, sin duda», ha enfatizado, pero también ha apuntado que «de manera preferente» en la cuenca que la tiene.

Lambán y García-Page también comparten el rechazo a la Ley de Montes, que el Gobierno de Aragón va a recurrir ante el Tribunal Constitucional porque, «por la gatera», vuelve a vulnerar el Estatuto de Autonomía aragonés.

Para el presidente castellanomanchego esta ley ha planteado, «de manera incluso cobarde», una puerta «entreabierta» a los trasvases en el futuro, y ha avanzado que es posible que como gobierno, el de Castilla-La Mancha también la recurra en el futuro.

La «crisis territorial» ha sido otro de los asuntos de los que han hablado, y en este sentido Lambán ha lamentado la «indefinición» del elenco competencial, que ha dejado a las comunidades autónomas «a expensas de gobierno recentralizadores que no creen en la autonomía».

A juicio del presidente aragonés, es «España entera» quien sufre una crisis en su modelo territorial, mientras que el castellano- manchego ha defendido el estado de las autonomías, teniendo en cuenta que casi funcionan como un modelo federal, y por eso ha instado a abordar este debate para «llamar a las cosas por su nombre».

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