Hasta hora no se le había escuchado su parecer sobre el asunto, pero a tenor de lo que contestó a los periodistas que quisieron conocer su opinión al respecto de la investigación judicial a Iñaki Urdangarín, el que todavía era presidente del Congreso en funciones, José Bono, resolvió el asunto echando mano del refranero popular.
Ya saben, aquello de «padres y hermanos, parientes lejanos». Así que, apostilló Bono, «los yernos…». De momento no ha ido más allá, aunque no hacen falta muchas más palabras para intuir su disgusto con el comportamiento del marido de la infanta Cristina y los graves perjuicios que causa a la imagen de la Corona española.
De todos es conocida la buena relación desde hace años de Bono con la familia real española, muy especialmente con el monarca, lazos que se estrecharon mientras el político castellano-manchego estuvo al frente del Ministerio de Defensa, una cartera que mantiene contacto permanente con el Jefe del Estado y con su heredero, el Príncipe de Asturias. A Felipe de Borbón, Bono le dedicó un libro recogiendo los mejores momentos de su visita a Castilla-La Mancha en los años 90.
En las denuncias contra el expresidente sobre el origen de su patrimonio, el monarca estuvo de su parte y defendió en círculos privados la figura del político. Seguramente la Casa Real tendrá en Bono también un aliado en estos momentos.