Lo primero es lo primero. Y lo primero fue la herencia recibida. Para que quedara claro el putno de origen de lo que toca decir y hacer en estos tiempos. «Sé que a algunas de sus señorías no les gusta que se haga referencia a la herencia recibida, pero sin ella no habría que pedir a la sociedad de Castilla-La Mancha el esfuerzo que le estamos pidiendo».
Así arrancó María Dolores de Cospedal su primer Debate sobre el Estado de la Región como presidenta de Castilla-La Mancha. No se entretuvo mucho más. «No vengo a hablar del pasado, » sino «para que los que están a punto de perder la esperanza no la pierdan».
Y a continuación citó los aucerdos firmados con empresas como Senoble o Inditex para instalarse, respectivamente, en Talavera y Guadalajara, donde van a crear cerca del millar de empleos.
«Cinco años de crisis económica y de recesión y 248.000 parados, que es la peor cifra que puede decir un gobernante», continuó Cospedal. «Son demasiadas personas y proyectos como para que los ciudadanos no sientan el peso de la desesperanza», aunque proclamó que «mi obligación es transformar esa melancolía en ganas absolutas y constantes de transformar el futuro».
En esa obligación, la presidenta expresió que «la tera más perenteoria es construir un mercado laboral más competente e igualitario», que aporte «calidad y estabilidad en el empleo, que se reduzca la temporalidad y se fomente la contratación indefindia».
Tras proclamar que la formación no debe ser «beneficencia», la presidente entró en el terreno de las pequeñas empresas y los autónomos, a los que se refirió recordando que han cumplido con la obligación pendiente por el Gobierno anterior de «pagar a los proveedores» una «deuda que mutilaba la economía de numerosos pequeños industriales y atentaba contra su dignidad de emprendedores».
Y es que Cospedal tiene claro que el empleo pasa por «dejar a la sociedad civil y a la iniciativa privada para que tome las riendas del progreso».