«Desde un punto de vista egoísta no estaría mal que se redujera el número de diputados en el Congreso, poque si en vez de 350 hubiera 150 la posición electoral mejoraría y desaparecerían muchos partidos pequeños, sería un congreso repartido entre el PSOE y el PP. Pero desde el punto de vista de la calidad política no sería bueno».
Esto es lo que piensa Agustín Conde, actual diputado del PP por Toledo en el Congreso, preguntado por los periodistas sobre si sería bueno o no que las Cortes Generales siguieran el ejemplo de las de Castilla-La Mancha y redujeran el número de escaños. Porque, ha añadido, «si redujéramos el número se quedarían fuera diferentes sectores de opinión de los grupos más pequeños, como CiU, PNV, IU y ahora UPyD, lo que no me parecería bueno».
Y como quiera que sabía que los periodistas le iban a preguntar por qué en Madrid no pero en Castilla-La Mancha sí, se ha adelantado y ha recalcado que no es lo mismo, «porque después de la gran experiencia democrática que hemos tenido en 1983, 1987, 1991, 1995, 1999, 2003, 2007 y 2011 la pluralidad de la sociedad de esta comunidad autónoma es la existenten en esta cámara», en referencia a que la mayoría de las legislaturas sólo han tenido representación parlamentaria los dos grandes partidos: PP y PSOE, «y la siguiente legislatura puede ser también con PP y PSOE, pero con la mitad de sitio».
Momento en el que se la ha «tirado» a IU: «Parece ser que como IU no tiene votos en Castilla-La Mancha, hay que regalarles el escaño».
«ESTAMOS DESEANDO QUE LLEGUE LA REFORMA DEL ESTATUTO DE CLM AL CONGRESO, VAMOS A APROBARLO»
Para reducir el número de diputados hay que reformar el Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha, lo que con toda probabilidad se realizará pero sin consenso, puesto que el PSOE no está dispuesto a darle su aval al Gobierno de María Dolores de Cospedal.
Conde ha dejado muy claro que esa reforma llegará después al Congreso de los Diputados, donde hay que darle el visto bueno, «y allí se va a aprobar. Somos 187 diputados del PP y estamos deseando que esa reforma llegue. Porque los españoles nos han encomendado la posibilidad de hacer cosas y no vamos a pedir perdón ni a sentir vergüenza por hacer uso de las facultades que nos ha dado el pueblo español».
Porque, y ahí ha empezado su crítica al PSOE, «cuando ellos ganan toman decisiones amparándose en el principio democrático de las urnas, pero cuando pierden parece que nosotros no podemos decidir si no es contando con su opinión; en esa particular dialéctica siempre ganan. Pero a ese juego no juega ni el tonto del pueblo».
Y sobre las palabras de Cospedal al respecto nada más ser investida presidenta, cuando dijo que no se haría nunca más una reforma del Estatuto de Autonomía si no hubiera consenso entre las fuerzas políticas, Conde ha matizado que «ésa es la intención que hemos tenido siempre, pero este asunto ha venido varias veces a estas Cortes y hemos intentado tener un consenso razonable con el PSOE, pero no podemos asumir su herencia como si fuera un dogma de fe intocable».
Para terminar afirmando que el PSOE «no puede dar lecciones sobre este particular, porque se hizo una ley electoral tramposa, votada sólo por el PSOE y hecha para garantizar la mayoría absoluta aunque perdieran».