Ni ante los medios, ni ante los suyos quiso María Dolores de Cospedal regodearse en el pésimo resultado del PSOE en Ciudad Real, donde José María Barreda encabezaba la lista al Congreso y se produjo uno de los mayores retrocesos con respecto a las generales de 2008. La presidenta destacó especialmente el desempate obtenido en Toledo y Albacete. Fue su número dos en el PP, Vicente Tirado, el encargado, puertas adentro, de rematar la faena del desastre electoral obtenido por el expresidente Barreda.
«Histórico» fue la palabra más repetida por María Dolores de Cospedal al comparecer ante los medios de comunicación tras la reunión hoy en Toledo del Comité Ejecutivo Regional, que valoraba los resultados obrtenidos por el PP en Castilla-la Mancha.
La presidenta destacó especialmente el desempate obtenido por el PP en las provincias de Toledo y Albacete, donde los «populares» consiguieron cuatro y tres escaños, respectivamente, por dos y uno el Partido Socialista. «Son desempates muy complicados en la aritmética electoral».
Ni ante los medios, ni en la intervención que había tenido a puerta cerrada ante los suyos quiso Cospedal hacer sangre con la debacle de los socialistas también en Ciudad Real, donde la lista del PSOE la encabezaba el expresidente autonómico, José María Barreda.
El encargado de meter el dedo en el ojo fue el secretario general regional, Vicente Tirado. A él no se le pasó recordar a los integrantes del Comité Ejecutivo que el retroceso del PSOE y de Barreda en la provincia que había sido siempre su granero de votos en Castilla-La Mancha. De hecho, Ciudad Real fue la única circunscripción donde el PSOE ganó el 22 de mayo, aunque por el estrecho margen de 500 votos. Cinco meses después, la diferencia a favor del PP es de más de 20 puntos.
En un ambiente de euforia, porque todos los presentes, los principales dirigentes del PP en las cinco provincias, tenían motivos para la recíproca felicitación, la presidenta pidió responsabilidad y recordó la difícil situación que tienen por delante tanto el futuro Gobierno de Mariano Rajoy como el que ella preside en Castilla-La Mancha.
También aprovechó el momento para pedir a los alcaldes que aguanten lo suyo y no trasladen o culpen de todos sus problemas a la Junta y a las dificultades que sufre la administración regional para acometer pagos e inversiones.
Además, la presidenta interpreta la victoria en las elecciones generales como un aval para su plan de ajuste y las medidas tomadas por su Gobierno en Castilla-La Mancha. «El cambio empezó en Castilla-La Mancha y aquí se ha avalado un cambio de políticas y de rumbo que comienza por decir la verdad a los ciudadanos».
«Nunca antes se cosechó un éxito tan rotundo» en unas elecciones generales en Castilla-La Mancha, dijo Cospedal, quien se reconoció muy satisfecha» por haber obtenido una victoria tan amplia en España y en su comunidad autónoma.