La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, ha manifestado hoy que Grecia es el paradigma de la «frustración» que generan en los ciudadanos quienes, «disfrazados de lo que no son», ofrecen «quimeras» con el mensaje de «todo es posible».
Cospedal se ha pronunciado así en la inauguración del campus FAES, donde ha advertido de que la democracia está amenazada por el «populismo» y la «demagogia» y ha añadido: «No podemos permitir que quienes no creen en la democracia se sirvan de ella para acabar con ella».
«Un país que ha recuperado el orgullo que nos habían arrebatado no se puede permitir perder todo lo que hemos conseguido por caer en brazos de los que ofrecen el todo vale, el todo incluido, a cambio absolutamente de nada», ha recalcado.
Durante su intervención, Cospedal ha advertido en varias ocasiones de los riesgos de los populismos y ha arremetido de forma implícita contra Podemos.
Pero también ha criticado al PSOE y ha acusado a su líder, Pedro Sánchez, de utilizar la bandera de España «sin creer en la unidad» del país y cuando pacta con quienes pretenden «dar al traste» con dicha unidad y con la solidaridad entre españoles.
Por eso ha acusado a Sánchez de «engañar al pueblo» con el uso de los símbolos.
Según ha señalado, «lamentablemente», como están demostrando «los populismos y la izquierda radical», tanto dentro de España como fuera y «particularmente en Grecia», es que «los hay que no les importan las consecuencias de sus actos», y asumir dichas consecuencias es «lo mínimo que se le puede exigir a alguien que pretende llevar las riendas de un país».
Ha advertido en este sentido de que «parece» que la política «esté dejando paso a la demagogia», que busca «simplificar el mensaje cada vez más» para que se convierta en un «eslogan televisivo».
Por eso, y tras insistir en que «la política no es un juego», Cospedal ha contrapuesto a estas opciones el proyecto de «centro liberal reformista» que representa el PP y que apuesta por la «estabilidad institucional y económica a salvo de sobresaltos y ocurrencias».
Y ha defendido que las señas de identidad del PP sean las de un partido que «inspire confianza y el orgullo de pertenecer a un país».
El PP, ha continuado, es un partido en el que «las convicciones importan», y «cuanto más fuertes son las convicciones más importante y más grande es la capacidad para gestionar la vida de un país».
«Quien no tiene ideología no tiene un proyecto, y quien no tiene ideología tiene al final una serie de eslóganes que quedan bien en corto pero que acaban difuminados a los cinco minutos», ha señalado la número dos del PP, para quien los faltos de ideología sólo miran sus propios intereses y su único objetivo es «ocupar el poder».
María Dolores de Cospedal ha admitido que el PP tiene ante sí un «reto trascendental», el de explicar a los españoles lo que ha hecho, cómo ha gobernado «para evitar que España se vea en una situación como la griega» y cómo ha «salvado la sociedad del bienestar» y ha trabajado para que «aquellos que se quieren poner por encima de la ley se salga con la suya».
Pero también tiene el PP la obligación, ha añadido, de «recuperar la ilusión» de quienes han dejado de tenerla por este partido y convencerles de que los populares son «la garantía» para el futuro del país, para la «estabilidad institucional, política y social».
«Es el reto que tenemos que asumir, en ello estamos, tenemos que trabajar mucho y tenemos que estar cerca de los ciudadanos y escuchar lo que dicen», ha añadido la dirigente popular, para quien no hay que escuchar «a los que más gritan» porque esos «casi nunca son la mayoría».