«Estamos trabajando en muchas cosas, queda mucho por hacer, pero ya estamos viendo la luz al final de túnel». Fue el mensaje más claramente esperanzador que lanzó la presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, en la clausura del 12 Congreso Regional del PP que la ha reelegido pres¡denta de la organización.
«Este Gobierno ya no tiene vetada la posibilidad de pedir un préstamo, antes no lo podíamos hacer porque no era un Gobierno creíble, porque no pagaba», dijo ante el plenario del Congreso, plagado también de invitados de numerosas instituciones económicas y sociales de la región, hasta sumar los 2.000 asistentes.
La presidenta explicó la situación heredada, la peor que se haya recibido en una comunidad autónoma, en sus propias palabras. Las cifras cumbre de la herencia recibida se resumen en 10.000 millones de euros de deuda y 600.000 facturas sin pagar, un dato que dejó boquiabiertos y alarmados a todos y cada uno de los miembros del Consejo de Gobierno cuando se conoció y compartió la cifra definitiva en una de las primeras reuniones del Consejo de Gobierno.
Como consecuencia de la situación encontrada, relató Cospedal, «hemos hecho un plan de garantía de los servicios sociales» y un plan de ajuste que adelantó que va a ser aprobado en la reunión que el Consejo de Política Fiscal y Financiera mantendrá el 16 de mayo.
«Nuestro plan de saneamiento va a ser aprobado porque se fundamenta en la verdad, hemos dicho de verdad lo que tenemos, lo que ingresamos, lo que vamos a gastar y en qué lo vamos a gastar». En este sentido, la presidenta de la Junta confirmó que «dentro de poco empezará la tramitación del Presupuesto» de Castilla-La Mancha.
«A mediados junio ya vais a poder cobrar las 600.000 facturas que nos dejaron escondidas en los cajones», recordó Cospedal, quien pidió reconocimiento para la «labor abnegada y el trabajo muy duro del Gobierno de Castilla-La Mancha» y pidió a los militantes que salgan «a la calle a contar a los ciudadanos lo que vamos a hacer».
En cualquier caso, aseguró que no prometerá a los ciudadanos nada que no no se pueda hacer y que van a pagar las facturas que el PSOE dejó pendientes, pero pidió que quienes han dejado la región en una situación financiera tan grave no sean los que alientan las protestas.
«Nos han dejado 10.000 millones de deuda, y los pagamos a pagar, pero que encima no protesten».