Por la finca estatal de los Quintos de Mora, en el término municipal de Los Yébenes (Toledo), han pasado no solo todos los presidentes españoles sino algunos de los hombres más poderosos del planeta, invitados por Felipe González o José María Aznar, fundamentalmente.
Esta finca fue el lugar elegido por la presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, para recluir a su Gobierno y al número dos del partido, Vicente Tirado, secretario general del PP y presidente de las Cortes, con el fin de repasar la actualidad y abordar estrategias y asuntos que mejorar de cara al final de la legislatura.
No es el primer ni el último encuentro de estas características que la presidenta lleva a cabo. Pero sí uno de los más importantes, ya que se celebró a solo 10 meses de las elecciones autonómicas y al final del curso de más calado político de los transcurridos hasta ahora, el que ha conllevado la reforma del Estatuto de Autonomía de CLM para reducir el número de diputados y la nueva ley electoral, refrendada ayer con los votos del PP.
Empleo, Sanidad y Educación son los frentes más importantes que tiene abiertos el Gobierno y el PP para afrontar su último curso político antes de las elecciones autonómicas de 2015, las primeras que afrontará desde el Gobierno y, por lo tanto, vitales para la carrera política de Cospedal.
Los cambios en el PSOE con la elección de Pedro Sánchez como secretario general y sus posibles efectos de cara a esas elecciones, así como las posibilidades de Emiliano García-Page y los socialistas castellano-mancehgos, o el papel que puedan jugar en esos comicios otras formaciones aún minoritarias formaron parte del análisis realizado por Cospedal y su equipo en el Gobierno y en el partido.