La presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, ha resaltado la calidad de los vinos espumosos de la región, un producto del que en 2012 se exportaron 22,7 millones de litros, por valor de 9,3 millones de euros.
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Cospedal ha aportado estos datos tras una cata de vinos espumosos, en la que han participado 20 bodegas y cooperativas de la región, y en la que ha estado acompañada por el presidente de las Cortes de Castilla-La Mancha, Vicente Tirado, y la consejera de Agricultura, María Luisa Soriano.
La presidenta regional ha informado de que, mientras que en 2001 las exportaciones de espumoso de Castilla-La Mancha eran de 59.000 litros, en 2012 se han vendido fuera de España más de 22,7 millones de litros, por valor de 9,3 millones de euros, unas cifras que revelan que estos vinos tienen «un gran potencial y un gran recorrido».
Sin embargo, ha señalado que el consumo de vino espumoso no ha aumentado en los últimos tiempos en la región ni en el resto de España.
Por ello, ha abogado por demostrar a los consumidores en general y al público más joven en particular que los espumosos son «un excelente producto, que genera muchos puestos de trabajo, que tiene excelente calidad y que, bebido de manera razonable, forma parte de la dieta mediterránea» y tiene propiedades beneficiosas para la salud.
En este acto promocional, que tiene como objetivo animar al consumo de espumosos de la región con motivo de las fiestas de Navidad, Cospedal ha subrayado que los espumosos de Castilla-La Mancha «no tienen nada que envidiar a los espumosos de otras regiones vitivinícolas conocidas por sus espumosos».
Unos espumosos, ha explicado la presidenta, que se elaboran con las variedades típicas de la región, como el airén o el macabeo, y con otras que se han introducido, como el syrah o el chardonnay.
Y ha asegurado que el Gobierno regional también está implicado en esta labor de difusión a nivel nacional e internacional, como fue la organización de la I Cumbre Internacional del Vino de Castilla-La Mancha.
Cospedal ha resaltado que el sector primario es «fundamental para la economía de Castilla-La Mancha y de España» y ha aseverado que este punto el Gobierno regional «lo tiene claro».
Como ejemplos de este apoyo, ha recordado la eliminación de la Ley del Vino de Castilla-La Mancha o la inversión de 110 millones para modernizar las industrias y cooperativas agroalimentarias.
En esta cata de vino han participado la Cooperativa El Progreso, Bodegas Don Mambrino, Cooperativa Nuestra Señora de la Piedad, Cooperativa Nuestra Señora del Rus, Bodegas Mureda, J. García Carrión, Bodegas Miguel A. Aguado, Altosa, Bodegas Martínez Sáez, Vinícola de Castilla y Cooperativa Cristo de la Vega.
También han estado presentes Finca El Retamar, Vinícola de Tomelloso, Bodegas Villavid, Viñedos Balmoral, Cooperativa El Pilar, Bodegas Verduguez, Bodegas Latue, Cooperativa San Isidro, Bodegas Recuero y Viñedos y Reservas.
En declaraciones a Efe, el presidente de la Cooperativa El Progreso, Cesáreo Cabrera, ha explicado que esta firma empezó elaborando 5.000 botellas de espumoso y este año ya están con 20.000, que se distribuyen en las variedades de brut y semiseco.
Para el brut, se ha utilizado la variedad chardonnay y ha destacado que la misma calidad que se alcanza con el vino blanco de esta variedad de uva se ha trasladado a los espumosos.
El semiseco se ha elaborado con la variedad airén, «con un poco más azúcar pensando en aquellos que no son muy consumidores de vino seco, para que lo puedan beber bien», ha explicado Cabrera.
De momento, estos vinos se venden sobre todo en España, aunque ha apuntado la posibilidad de ampliar las actuales instalaciones para poder producir más vino de esta variedad y salir también al exterior con estos caldos.
Por su parte, el presidente de Viñedos Balmoral, José Vicente García, ha destacado a Efe que «los espumosos en Castilla-La Mancha son más novedosos, pero son de alta calidad, como pueden ser los de otros sitios y en algunos casos, de más alta calidad».
Su bodega también elabora dos variedades, una de espumoso blanco, con uva chardonnay y macabeo, y una de rosado, «el único hecho a base de uva tempranillo y merlot».
Esta firma, que tiene menos de un año de vida, prevé llegar en los próximos años a las 200.000 botellas de producción, que se vendrán en España y el resto de Europa, Asia y Estados Unidos.