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24/06/2013junio 12th, 2017

El alcalde de Guadalajara, Antonio Román, es partidario de que la reforma electoral se apruebe por consenso, «para que sea duradera», y considera que, a partir de la necesaria reducción de diputados, se pueden estudiar varias opciones, entre ellas las listas abiertas.

Román fue cabeza de lista por Guadalajara en las últimas elecciones autonómicas, en las que el PP ganó gracias a la victoria por dos escaños en esa provincia, y tiene claro que nunca más debe aprobarse una ley electoral con sólo una provincia impar, como hizo el PSOE en la pasada Legislatura.


En una entrevista con la Agencia Efe, expone que en la reforma estatutaria y en la posterior ley electoral para reducir el número de diputados sería «deseable» el consenso, pues se trata de «reformas de calado» y el pacto las haría perdurar.

No obstante, considera que con el antecedente de la ley aprobada por el PSOE en solitario en la pasada Legislatura «los acuerdos son difícilmente posibles» y, si no hay posibilidad de pacto, el Gobierno tiene que cumplir su obligación de gobernar.

Román subraya que los ciudadanos reclaman una reducción en el número de diputados y es preciso acometerla, ya sea en «un 50 % o un 30 %», pero luego existe un «abanico» de opciones a estudiar.

Entre ellas, sugiere la posibilidad de establecer un número de escaños fijos y otro variable e incluso estudiar si tiene que haber «un porcentaje de lista abierta y otro porcentaje de lista cerrada».

En la entrevista, Román expone que, cuando termine este mandato, llevará veinte años en el Ayuntamiento y tendrá que sopesar, junto con su familia y el partido, si vuelve a presentarse, pues considera que «los políticos no se deben perpetuar en un mismo puesto durante muchos mandatos».

Asegura que eso es lo que pensó cuando escuchó a la presidenta regional, María Dolores de Cospedal, decir que quiere presentarse en 2015 y luego «ya veremos».

El reto ahora, afirma, es solucionar los problemas de hoy y de ese modo ganar de nuevo en Castilla-La Mancha en 2015 y afrontar un segundo mandato que «será muy florido».

Se muestra satisfecho el alcalde guadalajareño por el atisbo de «normalización» de las relaciones entre el PSOE y el PP tras la reunión entre Cospedal y el líder de la oposición, Emiliano García-Page, convencido de que «la política de trincheras no es buena» y no ayuda a la imagen que los políticos trasladan a los ciudadanos.

Pero discrepa de la principal propuesta que hizo Page en esa reunión, un plan de empleo de urgencia, pues opina que todos los planes de choque de empleo que aprobó el PSOE fueron «un fracaso», además de que a su Ayuntamiento se le están pagando ahora los de 2009.

A su juicio, en vez de planes de empleo basados en la contratación directa por la administración «durante tres meses sin ninguna posibilidad de inserción en el mercado laboral», es preferible apostar por planes que impliquen a las empresas y fomenten el autoempleo.

El Ayuntamiento de Guadalajara lo ha hecho «con recursos propios» y ha logrado niveles de inserción laboral del 30 %, afirma.

Román, que compagina la política con la medicina, entra en el debate sobre los modelos de gestión y recalca que es necesario revisarlos, ya sea para introducir la colaboración público-privada o para llevar a la administración pública criterios de gestión privada.

Todo ello, con unos principios claros: la garantía a todos los ciudadanos de Castilla-La Mancha de una sanidad pública, universal, gratuita, de calidad y con prestaciones sanitarias fijadas por ley.

Reconoce Román las «peculiaridades» de la comunidad, con muchas zonas rurales cuyos ciudadanos «tienen derecho a la sanidad igual que en las zonas urbanas» y «hay veces que se pueden ver amenazados por no tener servicios sanitarios, educativos o de seguridad igual que en las zonas urbanas».

Sin embargo, opina que los nuevos modelos de gestión no amenazan para nada ese concepto de sanidad universal y de calidad, sino que permiten la viabilidad de un sistema sanitario «potente».

Alaba Román la determinación con la que ha actuado estos dos años el consejero de Sanidad y Asuntos Sociales, José Ignacio Echániz, al que conoce desde hace 35 años y, sin embargo, le ha sorprendido por su «capacidad de aguante, de decir tengo que llegar allí y voy a llegar, muchas veces hasta empecinado».

«Todo el mundo que toma decisiones se equivoca alguna vez, él, yo y cualquiera», asume el alcalde, quien recuerda que en estos dos años, aunque se han tomado decisiones «impopulares», no se ha cerrado ningún centro sanitario ni «ha habido ese deterioro del que algunos hablan.

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