viernes, 18 de octubre de 2024
Tensa reunión entre ambos 08/02/2012junio 14th, 2017

Parece que Rubalcaba y sus hombres no perdonan a Barreda el papel jugado en los últimos tiempos en el PSOE, no solo por su activa participación en favor de Chacón, sino también por sus críticas a la política socialista de Zapatero cuando más arreciaba la crisis y con el objetivo de arañar algunos votos en Castilla-La Mancha en las autonómicas de 2011 que acabó perdiendo. El caso es que Barreda quiso entrar en la Ejecutiva Federal y ocupar uno de los tres asientos que Rubacaba reservaba a esta federación. Óscar López, el nuevo secretario de Organización, le negó el pase.

La fuerte implicación de señalados dirigentes del PSOE castellano-manchego en el 38 Congreso Federal que el domingo 5 eligió a Alfredo Pérez Rubalcaba secretario general del Partido Socialista al ganar por 22 votos a Carmen Chacón ha dejado marcas muy visibles en la federación castellano-manchega.


El más «tocado» parece el todavía secretario general, José María Barreda, que poco después de conocer que había perdido el Congreso era uno de los encargados de negociar en nombre de Chacón la nueva Ejecutiva con el equipo del ganador. Además, le tocaba papel doble, porque también era el interlocutor formal, aunque no el único, de las aspiraciones del PSOE de Castilla-La Mancha en la nueva dirección federal.

Las suyas estaban claras. Pidió formar parte de la Ejecutiva Federal que se estaba confeccionando esa larga «madrugá». Fue un tensa conversación con Óscar López, que iba a convertirse horas después en el secretario de Organización de Rubalcaba. Le dijo que no.

Rubalcaba y Barreda eran amigos desde sus tiempos de jóvenes profesores en un instituto de la provincia de Ciudad Real, pero hace mucho que se había agriado la relación. La decisión del aún presidente autonómico de cuestionar frontalmente y a última hora las decisiones de José Luis Rodríguez Zapatero en el Gobierno y en el partido cuando más duro apretaba la crisis y la pérdida de popularidad del expresidente enturbiaron la comunicación. La apuesta por Chacón antes de las elecciones generales del 20-N y la ruptura de Barreda con José Bono, hicieron el resto.

De hecho, una de las primeras decisiones que tomó Rubalcaba fue cambiar al presidente del Consejo Territorial del PSOE, órgano que coordina a los presidentes autonómicos y secretarios generales del PSOE en las comunidades autónomas donde no gobierna (que hoy son casi todas).

El cargo le fue dado a Barreda en un intento de otorgar relevancia nacional a su figura política para contrarrestar la de María Dolores de Cospedal. Intento fallido. Ni de lejos le hizo sombra Barreda a la secretaria general del PP en el escenario nacional: ni en los medios de comunicación, ni en el terreno político, ni en el social.

Ahora el objetivo es Asturias, donde hay elecciones el 25 de marzo y el puesto al frente del Consejo Territorial socialista se lo lleva al secretario general de la federación asturiana y candidato, Javier Fernández.

Emiliano García-Page, alcalde de Toledo y secretario general del PSOE en esta provincia; el también toledano Sergio Gutiérrez, eurodiputado y secretario genental de Juventudes Socialistas; y Maite Fernández, concejala de Puertollano, son los castellano-manchegos en la nueva dirección socialista.

Sí permanece en el Comité Federal, donde también estará el albaceteño Patro Gómez.

Ahora la pregunta es sí podrá Barreda mantenerse al frente de la Comisión de Control de RTVE en el Congreso de los Diputados, una de las dos que preside el PSOE en la Cámara Baja.

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