El Gobierno quiere esperar a que la economía crezca para negociar el nuevo modelo de financiación autonómica, porque cree que será más sencillo en ese contexto.
Así lo han planteado tanto el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, como el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, en la reunión del Comité Ejecutivo Nacional del PP, en la que Rajoy ha insistido ante los barones regionales del partido en mantener su calendario de cara a este nuevo modelo y ha negado tener ningún pacto económico con Cataluña.
«No tengo ningún pacto ni extraño ni no extraño ni cambio ningún cromo», les ha dicho Rajoy a los dirigentes de su partido, según fuentes presentes en la reunión.
En la rueda de prensa posterior al Comité, la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, ha explicado que el Gobierno ha defendido que, antes de abordar el nuevo modelo, hay que terminar de evaluar el actual y publicar las balanzas fiscales y «otros datos» detallados que muestren «con transparencia» cómo se financian las administraciones.
El Gobierno también quiere aprobar en el primer semestre del año la reforma fiscal -con la prometida bajada de impuestos-, que también tendrá influencia en el nuevo modelo porque afectará al reparto de los hechos imponibles entre las administraciones, y deberá ser tenido en cuenta para elaborar el nuevo sistema de financiación, ha dicho Cospedal.
La «número dos» de los populares ha asegurado que sigue «plenamente vigente» el compromiso que Rajoy y los barones populares alcanzaron en 2008 en San Millán de la Cogolla (La Rioja), en el que apostaban por un sistema de financiación basado en la solidaridad interterritorial.
Ese principio, así como el de la «equidad» en la prestación de servicios para todos los ciudadanos independientemente de dónde residan, son los que recogía aquel manifiesto y en los que se sigue asentando el modelo que defiende el PP y que espera que compartan las demás organizaciones políticas y comunidades gobernadas por otros partidos, ha dicho Cospedal.
«NO HA HECHO FALTA CALMAR A NADIE»
La secretaria general ha asegurado, por otro lado, que en la reunión de hoy «no ha hecho falta calmar a nadie» por la propuesta de financiación para Cataluña que hizo la presidenta del PPC, Alicia Sánchez-Camacho.
La dirigente catalana, ha dicho Cospedal, ha «dejado meridianamente claro» al resto de los barones que la postura del PPC «no es de discriminación en positivo ni contraria a la solidaridad», y ha defendido los mismos criterios que el resto de sus compañeros.
Fuentes presentes en el Comité han asegurado, en este sentido, que Alicia Sánchez-Camacho ha explicado que la propuesta del PPC, -que esa organización aprobó en su congreso de 2012- se hizo precisamente para «refrendar la solidaridad y la igualdad» frente a otras propuestas que «atentaban» contra dichos principios.
Pese a que algunos dirigentes regionales como el madrileño Ignacio González han insistido en que urge negociar el nuevo modelo, Cospedal ha insistido en defender la hoja de ruta del Gobierno.
«La prudencia y la inteligencia aconsejan que el modelo se cambie cuando sea posible hacerlo, cuando estemos ya en una situación de crecimiento», ha dicho Cospedal aludiendo a las palabras en la reunión del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro.
En este sentido, Montoro ha defendido abordar el nuevo sistema «cuando arreglemos el crecimiento económico», según han señalado fuentes presentes en la reunión.
«INSTRUMENTO DE TRANSPARENCIA»
El titular de Hacienda también ha dicho que la publicación de las balanzas fiscales -que mostrarán lo que recibe y aporta cada comunidad al sistema- «no debe inquietar» porque serán un «instrumento de transparencia».
Respondía así Montoro a la preocupación mostrada por barones como el presidente extremeño, José Antonio Monago, quien ha señalado que los datos de las balanzas fiscales podían provocar algunas «distorsiones».
Cospedal ha insistido en que se tendrán que tener en cuenta muchas cifras y «muchos factores» para encontrar ese «difícil equilibrio» que tiene que imperar en el nuevo sistema.
En lo que sí han coincidido todos, una vez más, es que son contrarios al sistema de financiación vigente, que el anterior Gobierno socialista aprobó con «oscurantismo», en palabras de Cospedal.
La intención del Ejecutivo, ha asegurado, es que el nuevo modelo se apruebe con el consenso de todas las comunidades y todos los partidos y «no tenga fecha de caducidad».