El consejero de Sanidad y Asuntos Sociales de Castilla-La Mancha, José Ignacio Echániz, avanza que el nuevo modelo de gestión público-privada de los hospitales comarcales no tendrá «nada que ver» con el que se aplica en otras regiones y asegura que el personal sanitario seguirá siendo del Sescam. Echániz, en una entrevista con la Agencia Efe, se refiere así al cambio de gestión de los hospitales de Almansa, Villarrobledo, Tomelloso y Manzanares, convencido de que Castilla-La Mancha va a ser «punta de lanza» en la aplicación de un modelo «muy sensato, muy operativo, muy pensado», que «va a salir muy bien».
Expone el consejero que en Castilla-La Mancha no se aplicará el conocido como «modelo Alzira» ni el de la Comunidad de Madrid, sino que va a ser uno «específico para Castilla-La Mancha, que no tiene nada que ver con el modelo de otras comunidades autónomas» y que -añade- va a poner a la comunidad autónoma «en la vanguardia de la administración sanitaria».
Anuncia que «dentro de muy poco tiempo» concluirá el trabajo previo realizado por los técnicos sanitarios, los servicios jurídicos y la intervención general de la Junta, con lo que saldrán unos pliegos por los que ya se han interesado mutuas laborales, al menos una decena de fondos de inversión y las principales empresas de gestión sanitaria.
La consejería espera conseguir un ahorro de entre el 10 y el 20 por 100 mediante este nuevo modelo de gestión.
La idea es que esas empresas se hagan cargo de la gestión de servicios generales -entre los que cita limpieza, seguridad, comida o mantenimiento- y la Administración regional ponga los profesionales, garantice que se presta «el mejor servicio posible» y, todo ello, sin perder «el control de la gestión».
Echániz deja claro que el personal sanitario va a seguir siendo «el nuestro», el del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha, y que la base de su salario será «la actual».
Pero, ahora, matiza, se podrán aplicar criterios que desde una gestión pública son imposibles, como la capacidad de «motivar» a los profesionales retribuyendo mejor al que trabaje mejor, al que estudie más, al que sea un médico «excelente» en términos de salud o de satisfacción ciudadana.
Recuerda al respecto que si él hiciera eso ahora, al día siguiente «cualquier sindicato de la función pública» diría: «oiga, si a éste le ha subido, suba a todos en la misma banda».
En ese contexto, la capacidad que ofrece la colaboración público-privada es «espectacularmente mejor», recalca Echániz, quien insiste en que no se trata de inventar nada, sino de «copiar lo mejor» de modelos que se aplican en todos los países de la Europa desarrollada.
Y darle «ese punto castellanomanchego» para adaptarlo a las circunstancias propias: un territorio muy grande, «muy plano y muy extendido», con hospitales comarcales, de menor dimensión, «que tienen que operar en red».
«Lo que queremos es aprovechar ese formato en red donde cada uno de los hospitales sea muy bueno en alguna cosa y bueno en las demás», sostiene el responsable de Sanidad de la Junta.
Echániz subraya que los resultados se medirán desde «muy pronto», pronostica que van a ser «espectacularmente positivos» y asegura que siempre serán comunicados con transparencia a ciudadanos, alcaldes y profesionales.
El consejero asume que el nuevo modelo generará protestas, porque «siempre habrá gente que quiera enredar y gente que quiera volver al siglo XIX», pero deja claro que ese «ruido» no va a frenar los planes del Gobierno, pues tiene «legitimidad para hacerlo, la mayoría parlamentaria y el convencimiento de las bondades de este modelo».
Según indica, el Gobierno regional tiene la convicción de avanzar hacia «la sanidad del siglo XXI» frente a quienes prefieren permanecer «estáticos, como la estatua de sal de Lot».