El nuevo secretario general del PSOE de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, afronta en las próximas semanas el proceso de renovación de los socialistas en las cinco provincias de la región, consciente de que uno de ellos, el de Guadalajara, será la piedra de toque que medirá su fuerza en el partido.
Cinco congresos provinciales en apenas un mes para terminar la reorganización de un partido que, por primera vez en democracia, se ha quedado prácticamente sin poder institucional y con heridas abiertas en varias provincias, si bien el resultado del décimo Congreso regional ha servido para restañar algunas de ellas.
El nuevo secretario de Organización del PSOE y hombre fuerte de Page en el partido, Jesús Fernández Vaquero, ha declarado a Efe que, si bien los socialistas llegaron al décimo Congreso «un poco deprimidos y con cierta preocupación», al terminar el mismo percibió «ilusión, emoción y ganas».
Con ese espíritu, el PSOE encara este fin de semana el XI Congreso provincial de Toledo, en el que el alcalde de Escalona, Álvaro Gutiérrez, será elegido sucesor de García-Page.
Gutiérrez heredará un partido en el que apenas hay fisuras, pero tendrá que componer un equipo nuevo, pues Page no sólo se ha llevado con él a Vaquero, sino también al hombre de confianza de éste, Fernando Muñoz, nuevo responsable de Acción Electoral.
El domingo 4 de marzo se celebrará también el XIV Congreso del PSOE de Albacete, el que elegirá al sucesor de Francisco Pardo entre el candidato más próximo a la actual dirección, Manuel González Ramos, y el crítico Antonio González Cabrera.
Fuentes del PSOE albaceteño han indicado a Efe que el propio Pardo trabaja estos días para que, aunque haya dos candidaturas, la Ejecutiva que salga del congreso, previsiblemente dirigida por González Ramos, sea de integración.
Emiliano García-Page tiene previsto acudir el domingo a la clausura del Congreso del PSOE albaceteño a pesar de que coincide con el de Toledo.
Jesús Fernández Vaquero tampoco espera ningún problema en el XII Congreso del PSOE de Cuenca, que se celebra el último de todos, el 25 de marzo, y será el único en el que se mantendrá al actual secretario general, José Luis Martínez Guijarro.
Como estaba previsto, la entrada en la Ejecutiva regional del alcalde de Cuenca, Juan Ávila, y de su mano derecha en el Ayuntamiento, Darío Dolz, han disipado cualquier duda sobre la posibilidad de que Guijarro encontrase una lista alternativa.
Antes, el día 17 de marzo, será el turno de los dos congresos que pueden ser más determinantes para el futuro del PSOE castellanomanchego.
El XVI Congreso del PSOE de Ciudad Real supondrá la toma del poder en la provincia de José Manuel Caballero, pues la posible candidatura del alcalde de Valdepeñas, Jesús Martín, puede diluirse después de su entrada en la Ejecutiva regional.
Las relaciones entre la nueva dirección regional y la de Ciudad Real serán vitales para la recomposición del partido, pues se trata de la provincia con más peso en número de militantes, pero también la que acumuló la mayor parte del poder político en Castilla-La Mancha en la última Legislatura.
Ahora, sin Barreda y con Nemesio de Lara como presidente de la Diputación pero sin peso en el partido, el papel de Caballero cobra una especial importancia para el futuro de Page.
Pero, a corto plazo, los principales esfuerzos de la nueva dirección se centrarán en el XIII Congreso del PSOE Guadalajara, la provincia clave en la derrota electoral del 22 de mayo y en la que los últimos años se ha producido una fractura total.
«Guadalajara es clave, la dirección regional tiene que actuar desde ya», ha declarado a Efe Vaquero, quien no obstante apreció entre los delegados guadalajareños asistentes al congreso regional «un sentido de la responsabilidad enorme», alejado del «enfrentamiento» y la «crispación» que creía que iba a encontrar.
La decisión de Pablo Bellido, alcalde de Azuqueca de Henares, de no presentarse (y de hacerlo público en una rueda de prensa) ha trastocado los planes de Vaquero y de Page, que ven en él el hombre idóneo para concitar consensos en una provincia en la que el enfrentamiento ha sido total entre el sector representado por María Antonia Pérez León y Magdalena Valerio y el encabezado por Araceli Muñoz y Jesús Alique.
Aunque la decisión de Bellido responde a motivos personales, la nueva dirección socialista intentará convencerle para que dé marcha atrás.
De lo contrario, las miradas apuntan al alcalde de Marchamalo, Rafael Esteban, otro hombre que puede ser capaz de poner de acuerdo a unos y a otros y que además acumula cuatro victorias electorales consecutivas.
Lo que ya saben los socialistas de Guadalajara es que, si no se ponen de acuerdo, la nueva dirección regional del partido está dispuesta a intervenir.